• martes 22 de agosto de 2017 - 12:00 AM

Educación de calidad, o ‘bien cuidaos' titulados

La habilidad de pensar es la habilidad que menos desarrollan nuestros estudiantes

La crisis educativa es el producto del desfase entre el servicio prestado, los recursos invertidos y los resultados obtenidos. Alcanza ese estado crítico, cuando los mecanismos de ajuste propios del sistema, no logran aminorar su impacto negativo en la sociedad.

Los actores involucrados tienes su explicación parcializada sobre sus causas, en la que se sustraen de toda responsabilidad. Eso poco importa, pues observando el cuadro de niños y jóvenes en su centro escolar, pronosticamos con escasas posibilidades de error, su exclusión anticipada del mercado laboral, gracias a sus notorias deficiencias formativas.

Ha pasado desapercibido, la ‘inocente' iniciativa de un gremio empresarial local de que se apertura la contratación de mano de obra calificada y profesional, dadas las carencias de los nacionales. Hasta ahora, las reacciones no pasan de las redes sociales, pidiéndole al Ejecutivo que no ceda ante lo pedido.

Los profesionales del área celebran nuestra tragedia, pues con la riqueza potencial que poseemos, nos tocará repartirnos las sobras que ellos nos dejen. Pronto habrá poco trabajo decente, sólo para los panameños que satisfagan los altos estándares de excelencia académica. Con enseñar la realidad pasiva del texto, no se satisfacen los propósitos de la educación. Se trata de enseñarles a conocerse individual y colectivamente, en función de la posición que en ella ocupamos.

La habilidad de pensar es la habilidad que menos desarrollan nuestros estudiantes. Todos sabemos que poseen limitaciones para entender lo que leen, y no saben transmitir sus pensamientos. Pero aun así, reciben certificados de acreditación académica institucional.

Si no saben construir ideas propias, vivirán a merced de los caprichos del amo, quien explotará ‘sus capacidades', y premiará su resignación y confianza. Este es el rostro moderno de la esclavitud, pues quien no piensa, no reclama, y n esas condiciones, deja de ser un peligro para el ‘status quo' dominante.

Tras el interés colectivo por rescatar la educación nacional, debe existir el anhelo por la libertad de pensamiento del hombre y la mujer panameña. La libertad es la condición indispensable para descubrir que tenemos derecho a participar como dueños, de los beneficios que todos generamos con nuestro trabajo, para hacer grande a nuestro pequeño país.

Abogado y docente