Está más metido que la costura de un panti Cabrerita. Dicen que manda más que Mulino. Trump es Mulino y Mulino es Trump. Y el chenchén (una palabra) anda huyendo.
Cabrerita juega a representar al Ejecutivo en El Mosquero, como si fuera delegado oficial ante el Legislativo, y propone allí, ante diputados, reformar el Código Penal.
Sobre esa propuesta, el 36 % de un segmento de mis contertulios indica que fue Mulino quien lo delegó; una cantidad similar dice que Cabrerita se autodelegó.
El tema de las antenas es otro frente. Cabrerita fue allá primero, con un ministro abrigo de edecán, a desmantelar a Huawei. ¿No había desaparecido por estos lares esa marca empresa de la maligna maléfica Chinalandia? ¿Y ahora tiene antenas? ¿Las de Chespirito? El chamán que explique.
Se propone que el floridense vaya a resolver también el problema de las porquerizas en Azuero. El 48 % de los entrevistados cree que debe intervenir para impedir que el excremento de puerco se precipite al río La Villa. El 44 % opina que es mejor que se cruce de brazos.
¿Quién manda a quién? En los sondeos de mi perfil de Instagram (@canda.rafa.8), el 61 % dice que quien está ordenando es Cabrerita. El 20 % cree que ambos juegan juntos naipes, en una mesa. Mulino es Trump; Trump es Mulino. ¿Dónde están los originales del MoU? ¿Siguen ultrasecretos todos los acuerdos?
John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional de Trump, asegura que fue Mulino quien le dio la idea al gobernante gringo de entrar con fuerza en Panamá, cuando le ofreció a EUA el puesto darienita de Nicanor. En febrero de 2025. Desde entonces, dice Bolton, Trump se creyó con derecho tomarse Panamá y su Canal. El 60% cree que Bolton dice la verdad. Pocos confían en la palabra mulinesca.
El Comando Sur confirma el estado de cosas. Las tropas vendrán de modo temporal. Será incursión tan frecuente que la parada terminará siendo permanente. Forcejeo semántico. En cualquier momento, Cabrerita, como en la veragüense Escuela La Florecita, exhibir la bandera estadounidense a la par de la panameña. En el Cerro Ancón.
