- miércoles 24 de noviembre de 2010 - 12:00 AM
Se busca un líder
Nuestro país afronta una serie de problemas sociales, económicos y políticos; lamentablemente tenemos que aceptar, con pesar e impotencia, que carecemos de líderes capaces de solucionar crisis nacionales.
En la actualidad, Panamá es una nación con abundantes ‘politiqueros’ que se caracterizan por su demagogia, pero no cuenta con estadistas capaces de resolver problemas sin confrontar a los diferentes sectores sociales del país ante los temas que nos agobian permanentemente.
Recordamos con nostalgia la época en que Panamá contó con verdaderos estadistas. En los inicios de la Era Republicana ascendió Belisario Porras. Éste gran panameño de acrisolada honestidad y liberal de profundas convicciones, las que defendió con las armas en la mano durante la Guerra de los Mil Días, demostró ser un gran estadista en los tres periodos presidenciales que le correspondió gobernar, prueba de ello son las grandes obras de beneficio social que llevó a cabo y que transformaron el país.
Luego tenemos a otro líder, el doctor Arnulfo Arias Madrid, quien surgió al primer plano de la vida política por sus ideas revolucionarias.
Su clientelismo olvidó que fue el que comandó el golpe de Estado de Acción Comunal el 2 de enero de 1931. Fue un gran líder en una época en que el pueblo tenía muy poca o ninguna capacitación política. Cometió errores, claro está, porque fue un político desordenado.
Otro líder indiscutible, con una gran solidaridad humana, fue el general Omar Torrijos. Ha dejado una huella imborrable en nuestra historia, sobre todo por saber contemporizar, por buscar soluciones efectivas e inmediatas a los problemas nacionales. Lamentablemente, cuando aún le faltaba mucho por hacer en bien de la República, partió de este mundo dejando un vacío que aún no ha sido ocupado.
Si alguno de estos auténticos líderes estuviera a cargo del gobierno, desde hace tiempo se lograrían soluciones a los conflictos que en estos momentos trastornan la vida nacional. No se prolongarían las crisis de los transportistas, usuarios y seguridad nacional. No estuviéramos sufriendo las consecuencias de una errática política educativa, de vieja data no habría amenazas de paros y cierres de calles.
Los gobiernos de Pérez Balladares, Mireya Moscoso y Martín Torrijos no emularon a los líderes Omar Torrijos, Arnulfo Arias y mucho menos los liberales a Belisario Porras, posiblemente porque llegaron al poder a mercantilizar y no a asumir el rol de gobernantes con visiones de estadistas.
EL AUTOR ES PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO