- jueves 09 de enero de 2025 - 12:00 AM
“Beethoven en la mira”
Tom Cruise es disléxico. Emma Watson es hiperactiva y sufre trastorno por déficit de atención, una condición que también afecta a Billy Smith. DiCaprio lucha contra el trastorno obsesivo-compulsivo y Johnny Depp padece ceguera. Sylvester Stallone tiene parálisis facial, y Millie Bobby Brown es sorda. Si estas personalidades fueran panameñas, no pudieran ser funcionarios o, al menos, enfrentarían el escarnio palaciego. Cambien los filtros del agua potable.
Beethoven tampoco podría ser parte de la Orquesta Sinfónica Nacional. Su obra maestra, la Novena Sinfonía, la compuso siendo sordo, no a medias, como la mayor parte de su música. Bajo criterios restrictivos que desvalorizan a las personas con discapacidades, su genio habría sido ignorado en el patio istmeño en la era mulinesca.
Aunque fue su ilusión, Cervantes no fue autorizado a migrar a América. Imaginemos que lo hubiera logrado y escrito El Quijote en Panamá.
No habría sido contratado como funcionario debido a la inutilidad de su brazo izquierdo, marca de la batalla de Lepanto.
Ojo con quienes tienen alguna discapacidad, condición especial o padecimiento crónico: no estarían capacitados, al menos según el presidente Mulino, para laborar en el Estado.
Materia azucarada: la diabetes afecta a medio millón de panameños, según cifras del MINSA. Gobierno sano, eficiente y liviano. Destituir diabéticos y discapacitados...modernizar el Estado.
En un arrebato, Vargas Llosa escribió un artículo en el que diagnosticaba que no están habilitados para crear literatura quienes sean sordos. Esa línea del escrito sonó las alarmas en España, y organizaciones de personas con capacidades especiales, de manera especial aquellas relacionadas con la sordera, pusieron el grito en el cielo. El escritor recibió una reprimenda contrapromocional, y se amenazó con dejar de comprar sus libros. Vargas Llosa bajó del pedestal y señaló que había sido infeliz aquel comentario que profirió, y se disculpó con los afectados.
En Panamá, donde la adulación se ha convertido en una forma de lucrar, y hasta estilo de vida, entre otras funciones, hoy el presidente Mulino debe estar siendo aplaudido por esos comentarios.