• sábado 23 de octubre de 2010 - 12:00 AM

Ayer y Hoy

B. MARTÍNEZ, O. TORRIJOS Y M. A. NORIEGA. Toda persona sensata y con conocimiento de la historia debe saber que el golpe de Estado del...

B. MARTÍNEZ, O. TORRIJOS Y M. A. NORIEGA

Toda persona sensata y con conocimiento de la historia debe saber que el golpe de Estado del 11 de octubre de 1968 se dio porque la alta oficialidad de la fuerza pública siempre consideró que estaba por encima de la ley y no quiso aceptar los cambios que había hecho el Presidente de la República, Dr. Arnulfo Arias. Otro de los motivos fue que la clase, política había llegado a grandes extremos de descomposición y el mismo Presidente de la República cometió ciertos errores al desconocer la elección de algunos diputados de la Asamblea Nacional.

Sabemos que esos no eran motivos suficientes para que se diera el golpe, pero como los militares, Boris Martínez y Omar Torrijos, disponían de la fuerza de las armas, ejecutaron el acto, a sabiendas que nadie los detendría. El mismo gobierno de los Estados Unidos siempre vio la nueva administración con cierta desconfianza. Era muy significativo que ese 11 de octubre, Omar Torrijos se encontrara escondido en la Zona del Canal, en la residencia de un miembro de la CIA, mientras que Boris Martínez era el que dirigía la asonada.

El golpe militar trajo como consecuencia inmediata la eliminación de todos los poderes del Estado, la suspensión de las garantías fundamentales y el cierre de algunos medios de comunicación. En esas condiciones nadie podía disentir, enseguida se iniciaron las persecuciones y el encarcelamiento a todo el que se oponía al régimen. Pocos minutos después de haberse consumado el golpe militar, los insubordinados prometieron un cambio profundo en la conducción del gobierno para acabar con la corrupción y a este movimiento lo llamaron REVOLUCIÓN. Desafortunadamente nada de eso se cumplió y como se ha dicho que el poder corrompe, los militares y sus servidores también se corrompieron, ya que la mayoría de ellos, de pobres, que siempre fueron, se convirtieron en ricos, dueños de grandes mansiones, viviendo en un derroche escandaloso de los recursos de la nación.

Moraleja: Y como todo lo que empieza mal, asimismo termina, Boris Martínez no pudo disfrutar del poder; poco tiempo después era destituido y exiliado; Omar Torrijos, años más tarde, perecía en un misterioso accidente aéreo y Noriega (acabado y enfermo), permanece recluido en una cárcel de Francia. Y como si fuera un castigo divino, todos pagaron sus faltas.

EL AUTOR ES ANALISTA POLÍTICO

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