Asfixian la población y ahogarán el Torrijismo

Mientras nos preocupemos por cambiar la Constitución Nacional, sin cambiar nuestra constitución mental, se aplicará el viejo adagio: ‘la misma jeringa con diferente pitongo'. Gobiernos manejados desde el poder económico, cercenando mente y cuerpo de la gente pobre.

El mayor acto de corrupción que cualquier gobierno puede cometer es distanciar la educación, alimentación, salud y empleo de la población, así como beneficiar con privilegios a parlamentarios para lograr canonjías.

Los diputados cuentan con sobrados beneficios que la Constitución limita. Algunos privilegios son: faltar a sesiones y cobrar completo, exoneración de vehículos y placa, el sistema de justicia ordinario no los alcanza, telefonía gratuita, inmunidad por actos u opiniones fuera del parlamento -creando impunidad-, etc.

En tales situaciones, el salario del trabajador no debe ser menor del 20% del ingreso bruto de un diputado, no somos ciudadanos de segunda clase, tampoco los diputados son Dioses. Panamá no es el Olimpo.

Si consideras el regalo de un político como un compromiso para darle el voto, ‘hemos escrito en el viento y arado en el mar'. Hemos fracasado como seres humanos y obviamente nos hemos ganado el desprecio que ofrecen los corruptos, por eso nos tratan como su rebaño, ciudadanos de cuarta categoría, algo así como indigentes o esclavos.

La corrupción avanza y se desarrolla geométricamente, mientras las personas honestas nos combatimos por un liderazgo innecesario, debilidad que han detectado políticos y empresarios inescrupulosos, insertándose como apoyo en necesidades humanas para el manejo de la conciencia débil y agradecimiento ciudadano.

Innecesario preguntar ¿por qué las marchas comunitarias de verdaderos líderes comunitarios o por causas populares no tienen acogida por los medios de comunicación –principalmente televisivos-, pero si aquellas donde los grandes empresario o políticos tienen interés?

La conciencia crítica de verdaderos patriotas, líderes naturales es amordazada, razón por la cual asfixian la población y la ahogarán en su propia sangre, -su propia gente- enterrará el pensamiento Torrijista. Un cambio en nuestra constitución mental es obligatorio. Dios te salve, Panamá.

ECONOMISTA, EDUCADOR, HUMANISTA.