Arrinconado recibiendo muchos golpes

Hay mucha expectativa de parte de Pablo pueblo por el cambio de mando, será este 1 de julio. La afición espera salir de la crisis del chenchén que nos tiene contra una esquina, se tiene confianza en la capacidad del veterano que habla de trazar metas.

Las bolsas que quincenalmente recibe la fanaticada por tirar golpes diariamente, ya no alcanzan para mucho. Todo está por las nubes y hay quienes se sienten al borde del nocaut porque se están quedando sin condiciones físicas.

Los tricolores, cuya era está llegando a su final, no las tuvieron todas consigo en estos cinco años. Las silbatinas del respetado público fueron ensordecedoras, incluso el pasado 5 de mayo, algunos trompadachines que defienden estos colores y que optaban por coronas regionales fueron enviados a la lona en el mismo primer asalto.

En la era de los tricolores uno de los pugilistas que tampoco dio la talla es el llamado a proteger el bolsillo de los consumidores, la afición poco supo de su gestión, porque miles de púgiles en nuestro tinglado están tambaleando. La carestía nos arrincona.

Un aficionado apostado en la gradería popular espera que le den un segundo aire y sueña con tiempos mejores. Como quien dice, la fe mueve montañas.