Si por el Ministerio de Salud (MINSA) llueve, por la Caja de Seguro Social (CSS), nunca escampa.
Cuando anunciamos el posible cierre del SERVICIO DE URGENCIAS del Hospital Susana Jones Cano, para la reestructuración o remodelación del mismo, en Panamá Oeste, según el reporte de otro medio escrito, anunciaba la renuncia del equipo médico de oftalmología de la Policlínica de la CSS, Dr. Santiago Barraza, en la Chorrera.
Pronto se pudieran hacer sentir otras protestas de médicos de la CSS, por diferentes motivos, pero la razón principal es que ese barco no lleva buena dirección.
Una muestra es que en el Complejo Hospitalario Metropolitano (CHM) van varios años que ningún médico concursa para la residencia en Cardiología. Por qué será.
Según la información que manejamos, en lo que va del año ni siquiera abrieron plaza para residencia en esa especialidad.
Al parecer en el Hospital Santo Tomás (HST) abrieron una plaza pero nadie concursó. El problema, al parecer, es complejo.
Cuando el médico termina su residencia, lo obligan a ocupar plazas en lugares específicos del interior del país, alejados del mundo, donde si bien es cierto que hacen falta cardiólogos, les limita continuar superándose y los internan, para nunca más volver, obviamente porque no son allegados a las élites de poder.
En consecuencia, estos médicos generales prefieren salir a especializarse en Cardiología (a México, España, Brasil, etc.), por sus propios medios o préstamos. Los cardiólogos ganan muchísimo dinero en clínica privada, donde por un ecocardiograma, pueden cobrar hasta 500 dólares, quizás por eso no les interesa trabajar para el Estado, menos cuando sus jerarcas son escogidos por el nivel económico o político.
Igual sucede con las distintas especialidades. Problema muy difícil de solucionar, pero no imposible. Esperamos que el presidente José Raúl Mulino no cometa el mismo error y con creces, que el cometido por Laurentino Cortizo, en la CSS.
Dios te salve, Panamá.
