- sábado 07 de abril de 2018 - 12:00 AM
Agua, el grito de Arraiján
El distrito de Arraiján, el gigante poblacional de Panamá Oeste, enfrenta una fragilidad en su primer servicio básico, como lo es el indispensable suministro de agua potable, el cual se ve disminuido por una serie de factores como lo son el creciente número de urbanizaciones, comercios y la gran cantidad de barriadas sin la debida planificación. Actualmente, los 30 millones de galones diarios de agua, que aportan las tres plantas potabilizadoras, que abastecen el distrito de Arraiján son insuficientes para proveer del líquido a los más de 300 mil habitantes que residen en el distrito.
La crisis del agua en el distrito de Arraiján se ha convertido en una especie de epidemia del caos, afectando directamente a miles y miles de hogares, colegios, hospitales, comercios; obstruyendo así el desarrollo de nuestro sector. Tan profunda es la crisis que hay sectores que ni siquiera les llega el agua, dejando al descubierto el rotundo fracaso de la promesa de campaña electoral de suministrar agua las 24/7 por nuestro presidente, Juan Carlos Varela.
En los últimos 15 años el distrito de Arraiján, se ha desmejorado la calidad de vida de sus residentes, como consecuencia de la falta de visión y voluntad política, ante la grave crisis social que atraviesa nuestra región, con faltas de infraestructuras que vayan acorde para hacerle frente en materia del vital líquido, salud, educación, seguridad ciudadana, transporte y alcantarillado sanitario.
Ante este panorama, es de suma importancia la construcción de una nueva planta potabilizadora moderna, cónsona con la realidad poblacional, entre otras obras que complementen una estructura sólida para proveer de agua, así como reforzamiento de carros cisternas y la perforación de pozos subterráneos para abastecer a las áreas de difícil acceso.
La carencia del vital líquido en el distrito de Arraiján es un ejemplo mayúsculo, de lo que sucede en todo el país con un pueblo que grita unísono: agua.
Comunicador social y voluntario de los derechos humanos