- viernes 22 de septiembre de 2017 - 12:00 AM
¡Acéptalo, y levántate!
Para el soldado japonés Hiroo Onoda, la Segunda Guerra Mundial terminó… en 1974, y no en 1945 como fue en realidad. Lo enviaron en 1944 a la Isla Lubang, Filipinas, con órdenes de no rendirse jamás y resistir. Durante 29 años operó bajo el esquema de guerra de guerrillas, e ignoró los mensajes sobre el fin de una guerra que ya tenía vencidos y vencedores. Y a veces andamos como aquel soldado: peleando una guerra que ya tiene vencedor, vencido y ‘más que vencedores'. Por eso Jesús nos dice: ‘¡ANÍMENSE! Yo he vencido al mundo'; y añade la Escritura que a las tinieblas y sus mandos, Jesús ‘los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz'. Y del vencido, dice: ‘su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar'. Observa: ‘anda como león'… no es un león; además, cuando los leones cazan, ¡no rugen! Ojo, porque la mayor parte de las veces, el enemigo ataca sigiloso, y caemos en pacado o nos enredamos en problemas tontamente, sin darnos cuenta. Así que, proclama la victoria de quien te ama, te salva, sana, rescata, provee, multiplica, restaura, prospera, te levanta y te perdona. No glorifiques a los problemas, al que esta vencido y es una serpiente que se arrastra: ‘¡deja de llorar, que ya el León de la tribu de Judá, la Raíz de David, ha vencido!' ¡ANÍMATE! No andes como aquel soldado extraviado ni ignores los mensajes y la voz de Dios, en medio de la circunstancia que te agobia. Tranquilo, eres ‘más que vencedor'. ¡Acéptalo, y levántate!