- viernes 03 de febrero de 2017 - 12:00 AM
¡Acéptalo! ¡Sé feliz…brilla!
La serpiente perseguía a la luciérnaga. Luego de días de persecución y antes de desfallecer, la luciérnaga pidió a la serpiente que le permitiera hacerle tres preguntas. La serpiente, accedió. Preguntó la luciérnaga: 1- ¿pertenezco a tu cadena alimentaria? No, contestó la serpiente. 2- ¿Te hice algún mal? ¡No! 3- Entonces: ¿por qué me persigues y quieres devorar? -¡Porque me molesta verte brillar!, contestó la víbora. Para la envidiosa serpiente, la luciérnaga no era DIGNA de brillar. Así, según las reglas de este mundo hay quienes son menospreciados porque ser ‘pobres', porque son ‘mansos' (humildes, amables, sin ánimo de venganza, tranquilos, buena gente) o porque reconocen su necesidad de Dios (o ‘pobres de espíritu', como los llama la Biblia). Las personas así son DIGNAS de mofa, de ‘odios, insultos, discriminación y desprestigio por seguir a Cristo'; ¡son fanáticos o ignorantes, según sus perseguidores! Sin embargo, a ellos Dios los mira con otros ojos, a ellos Jesús los califica como: ‘BIENAVENTURADOS', es decir, ‘DIGNOS de felicidad' –si nos apegamos al texto griego-, o ‘felices sin medida', -si nos guiamos por el texto bíblico hebreo-. ‘BIENAVENTURADOS los que lloran, los compasivos, los de corazón limpio, los que trabajan por la paz y los oprimidos'. Si apareces entre los mencionados por Jesús en el Sermón de la Montaña, no te preocupes por lo que el mundo piensa de ti, porque para el Todopoderoso: ¡eres BIENAVENTURADO…‘DIGNO de felicidad…feliz sin medida'! ¡Acéptalo! ¡Sé feliz…brilla!, aunque hay quien no lo soporte. ¡Eres ‘especial tesoro' para el Dios! ¡Grande es tu valor! Y aún mayor será tu recompensa. ¡BIENAVENTURADO!