De Aute a Sepúlveda, el adiós pendiente que deja el coronavirus en España

No todos han fallecido por la COVID-19, varios arrastraban duras enfermedades y en otros la edad avisaba
  • sábado 18 de abril de 2020 - 8:49 AM

Del cantautor español Luis Eduardo Aute al escritor chileno Luis Sepúlveda, pasando por políticos, dirigentes de fútbol o aristócratas. El coronavirus ha convertido también en íntimas las muertes de destacados representantes de la vida política, empresarial y artística de España, dejando pendientes capillas ardientes y homenajes.

No todos han fallecido por la COVID-19, varios arrastraban duras enfermedades y en otros la edad avisaba, pero para ninguno ha habido en estas últimas semanas homenajes públicos o tanatorios abarrotados.

Tiempo llevaba apartado de la vida pública el Luis Eduardo Aute, retirado de los escenarios desde que sufrió un grave infarto en 2016 y fallecido el 4 de abril en un hospital madrileño a los 76 años.

A falta de capillas ardientes, "Al alba", su canción más internacional, llenó las redes sociales y varias generaciones de todo el mundo escucharon de nuevo, encerradas en sus casas, la voz del cantautor español que marcó una época.

Los gestos de dolor por su muerte llegaron también desde la otra orilla del Atlántico, desde la Latinoamérica que lo adoraba, y sobre todo desde Cuba, cuyo presidente, Miguel Díaz-Canel, lamentó su partida en Twitter con un fragmento de la letra "Me va la vida en ello", una de las composiciones más conocidas del músico y poeta español.

El coronavirus se llevó esta semana al escritor y cineasta chileno Luis Sepúlveda, tras permanecer ingresado durante 48 días en un hospital de Oviedo, la ciudad del norte de España donde residía.

Asentado hace ya más de dos décadas en España Sepúlveda, un insaciable luchador por la democracia e incansable viajero que alcanzó el reconocimiento internacional con "Un viejo que leía novelas de amor", su novela más aplaudida, murió a los 70 años, tras mes y medio batallando contra la COVID-19.

Su pérdida se sintió con gran tristeza en su Chile natal, en el continente latinoamericano, en Alemania e Italia, y cientos de ciudadanos anónimos, amigos y compañeros usaron las redes sociales para despedirse.

A finales de marzo, la actriz y musa del cine italiano Lucía Bosé murió a los 89 años víctima de una neumonía consecuencia del coronavirus.

La noticia de su fallecimiento la dio a través de las redes su hijo Miguel desde México, donde reside, con un escueto mensaje que recibió cientos de respuestas de pésame y homenajes a su madre, lo únicos que ha podido recibir hasta el momento.

También murió por coronavirus a los 76 años Lorenzo Sanz, presidente del Real Madrid entre 1995 y 2000 - ganador de dos Copas de Europa - y artífice de un club estelar con jugadores con Mijatovic, Suker, Roberto Carlos y Raúl y técnicos como Fabio Capello, Jupp Heynckes y Vicente del Bosque, que le convirtieron en un referente del fútbol español.

Poco después el mundo del deporte se volvió a teñir de luto con la muerte del serbio Radomir Antic, único entrenador que ha dirigido a los tres equipos grandes de la liga de fútbol española: Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid.

Otros rostros populares de la vida social y empresarial española fallecieron a causa de la pandemia, entre ellos Carlos Falcó, marqués de Griñón y empresario viticultor, aunque más conocido por haber estado casado con Isabel Preysler, exmujer de Julio Iglesias, con quien tuvo una hija.

También murió, a los 76 años, el expresidente de la petrolera Repsol Alfonso Cortina.

Desde el inicio de la pendemia, España ha dicho adiós además a varios nombres que definieron una era política en el país, como Landelino Lavilla, expresidente del Congreso de los Diputados y exministro de Justicia durante la presidencia de Adolfo Suárez, la primera en democracia tras la dictadura de Francisco Franco.

Su homenaje queda pendiente al igual que el del exministro de Justicia socialista Enrique Múgica, también Defensor del Pueblo, fallecido a los 88 años el pasado 11 de marzo.

Junto a ellos, historiadores, dramaturgos, ganaderos, diseñadores e incluso magos, se fueron sin apenas tiempo para darles un merecido adiós.