Gypsy Rose Blanchard, cuyo caso conmocionó a Estados Unidos en 2015, acaba de cumplir 30 años de edad entre las rejas. La condenaron a 120 meses por haber ordenado el brutal asesinato de su madre, quien la había obligado a usar silla de ruedas, fingir un cáncer e incluso tomar medicamentos que no necesitaba, pero que le provocaron daños.

Entre las enfermedades y síntomas que la madre inventó sobre Gypsy Rose se encontraban los ataques epilépticos o la distrofia muscular.

Los medicamentos que le recetaron para dichos ataques provocaron que se le cayeran los dientes.

Posteriormente, Dee Dee Blanchard, decidió darle un giro más dramático a la salud de su hija al asegurar que tenía leucemia, por lo que le rapó la cabeza. Esto provocó entonces que Gypsy se convirtiese en una estrella local, con viajes gratuitos, a Disneylandia, pagados por benefactores.

A medida que Gypsy Rose se hacía mayor, Dee Dee recurrió a la violencia para controlar a su hija. Entre otras agresiones, la joven llegó a estar encadenada a su cama dos semanas.

El asesinato tuvo lugar el 12 de junio de 2015, cuando Nicholas Godejohn, enamorado de Gypsy Rose, entró a la casa, para apuñalar hasta en 17 ocasiones a la madre abusadora.