• lunes 10 de marzo de 2025 - 10:44 AM

¿Cree que vivimos en democracia o plutocracia?

En el análisis histórico considero que Panamá ha vivido con un vestido de democracia, pero con un cuerpo de plutocracia. En democracia, el poder reside en el pueblo que lo ejerce a través de representantes elegidos y la plutocracia es una forma de gobierno que se desarrolla cuando las clases altas se encuentran a cargo de la dirección del Estado. El concepto deriva de Pluto, el dios de la riqueza según la mitología de la Antigua Grecia. En Panamá hemos tenido largos periodos donde el pueblo elige a sus representantes, pero observamos que al final, en la mayoría de los casos, se imponen las decisiones de los plutócratas. En una democracia auténtica se educa al pueblo para que sepa elegir. En Panamá, estamos lejos de esa preparación del pueblo. Cada cinco años se equivocan, pues la mayoría, que es ignorante de los enredos políticos, se decanta por una camiseta, un tanque de gas, un saco de cemento, etc.

Y la culpa de este mal radica en los plutócratas. A ellos no les conviene que exista un pueblo maduro. Mientras los que eligen estén sumidos en el analfabetismo político será fácil manipular los resultados de las elecciones. Conversaba con un amigo y vino el tema de la democracia; es un sistema, donde en realidad el pueblo es el que tiene la última palabra. Le dije que esa forma de gobierno se está muriendo en muchos sectores del mundo debido a la elasticidad de ella. En democracia abren las puertas a todos y dentro de ese conglomerado que entra, llegarán los criminales, que con el correr del tiempo, asesinarán a la democracia para imponer regímenes dictatoriales y autoritarios. En la plutocracia un pequeño sector domina los recursos materiales de una nación y en algunos casos ostentan el poder político. En el devenir histórico, Panamá, en la mayoría de los casos, ha elegido a sus líderes a través de elecciones libres, pero ha reinado la trampa, el fraude... el paquetazo. Y a pesar de ese barniz de democracia, al final, las grandes decisiones terminan en manos de los que mueven los hilos a través de su fuerza económica. Finalizo con un anuncio no muy encantador para mí. A partir de hoy suspendo este servicio. A mis años requiero de serenidad, sosiego y este ejercicio, aunque me gusta a montón, me aleja de esa forma de vida donde exista mucha paz mental. Gracias por leerme y de vez en cuando asomaré la cabeza con algunos comentarios, pero hoy se acaban las glosas y algo más. ¡Claro está que les enviaré el menú de Cafetear! Espero me comprendan. Dios nos bendiga.