Todos conocemos la historia de la Sirenita, la bella sirena que quiso ser mujer para conquistar el corazón del príncipe. Para lograrlo, empeñó su hermosa voz.

Pues la Sirenita tenía una hermana, tan hermosa y buena como ella. Por cosas de la vida, su hermana había sido adoptada por el Rey de un lejano país que vivía en un lindo palacio rodeado de árboles y toda clase de animales. La bella Lucía amaba la naturaleza y deseaba poder vivir libre en medio de flores y animales. Pero sus deberes como princesa la mantenían dentro del palacio la mayor parte del tiempo.

Lucía recordaba a su querida hermana con quien había pasado su infancia antes de que cada una siguiera su destino. La Sirenita como princesa de las profundidades del mar y ella como princesa de un lejano reino.

Así, un día, tomó su mochila y decidió partir en busca de su libertad. Los animales la guiaron hasta orillas del mar, desde donde llamó a su hermana con las más bellas palabras. Su poesía voló tan lejos que alcanzó las profundidades marinas. Su hermana reconoció sus palabras y rápidamente nadó hasta la superficie.

Todos conocemos la historia de la Sirenita, la bella sirena que quiso ser mujer para conquistar el corazón del príncipe. Para lograrlo, empeñó su hermosa voz.

Pues la Sirenita tenía una hermana, tan hermosa y buena como ella. Por cosas de la vida, su hermana había sido adoptada por el Rey de un lejano país que vivía en un lindo palacio rodeado de árboles y toda clase de animales. La bella Lucía amaba la naturaleza y deseaba poder vivir libre en medio de flores y animales. Pero sus deberes como princesa la mantenían dentro del palacio la mayor parte del tiempo.

Lucía recordaba a su querida hermana con quien había pasado su infancia antes de que cada una siguiera su destino. La Sirenita como princesa de las profundidades del mar y ella como princesa de un lejano reino.

Así, un día, tomó su mochila y decidió partir en busca de su libertad. Los animales la guiaron hasta orillas del mar, desde donde llamó a su hermana con las más bellas palabras. Su poesía voló tan lejos que alcanzó las profundidades marinas. Su hermana reconoció sus palabras y rápidamente nadó hasta la superficie.

PARTE 2

Ya iba a caer la tarde y la noche se acercaba. Ambas acordaron que la bruja Úrsula, que ya había concedido a la Sirenita su deseo de poder subir a la superficie, podría concederle a Lucía su ansiada libertad.

Así, ambas su sumergieron en las olas hasta llegar al palacio de Úrsula en el fondo del mar. Allí, la temible bruja le propuso a Lucía darle alas como los pájaros para que cada día pudiera volar libremente por el mundo sin rendir cuentas a nadie. Lucía emocionada accedió. De inmediato, Úrsula le dijo... CONTINUARÁ