- jueves 25 de julio de 2024 - 1:00 AM
Hablar de Lourdes Gómez Nates es hablar de una institución en la historia del teatro nacional. No es para menos, son más de 35 años que tiene esta artista de entregarle a Panamá un talento que descubrió cuando apenas tenía 15 años y que más allá de ser un entretenimiento para su público, provoca emociones profundas en quienes se sumergen con los personajes que le ha tocado interpretar en las obras en las que ha participado.
Lourdes inició su carrera cuando en el país no existían academias de actuación en las que los artistas se pudiera formar, no obstante, esto no fue impedimento para subirse a un escenario, que de acuerdo con Lourdes, muchas veces se convierte en un espejo en el cual se reflejan los conflictos, sueños y dilemas humanos, permitiendo al público reflexionar sobre su propia vida y emociones.
Hoy, ya son más de 400 obras en las que ha participado esta teatrista, que asegura que si volviera a nacer se dedicaría a hacer teatro, un arte que ama al punto de convertirse en profesora de teatro en la Universidad Interamericana de Panamá en donde pone a disposición de los futuros artistas todos sus conocimientos sobre las artes escénicas.
Como fiel testigo de la evolución del sexto arte, Lourdes cuenta que anteriormente el teatro era una actividad cultural a la que solo asistía la “elite” (personas de la clase alta); no obstante, con la llegada del general Omar Torrijos Herrera al poder, esto evolucionó. “Torrijos abrió el paréntesis para que la clase popular tuviera acceso al teatro”, manifestó.
Según Lourdes, hoy en día los panameños están apoyando las obras de teatro que se presentan, gracias a la calidad de productores que existen en el país y al trabajo que se está realizando de llevar las artes escénicas a las escuelas, mediante obras didácticas para que los niños y adolescentes que vienen creciendo encuentren en esta actividad una de sus pasiones.
“Lo que buscamos es crear un semillero de futuros artistas y amantes del teatro”, dijo, luego de indicar este tipo de entretenimiento merece ser bien pagado, pues detrás de cada obra existe un trabajo arduo que va desde los ensayos que realizan los teatristas hasta el montaje de escenarios, luces, entre otros aspectos.