Color, cuerpo y memoria: La obra vital de Nerina Villarreal Metzner

  • martes 23 de diciembre de 2025 - 12:00 AM

En el universo plástico panameño, el nombre de Nerina Villarreal Metzner resuena con la fuerza serena de quien viene construyendo una obra sólida, introspectiva y profundamente comprometida con la exploración de colores, las formas y la memoria. Su pintura, situada en el territorio donde dialogan lo figurativo y lo simbólico, conjuga la rigurosidad técnica con una sensibilidad que se nutre de una sensibilidad profundamente humanista.

Formada inicialmente en Panamá, y posteriormente influenciada por experiencias artísticas en Europa y Estados Unidos, incorpora un lenguaje estético propio sin diluir su voz personal. Esta apertura internacional refuerza su búsqueda interior y enriquece una paleta reconocible por su carácter vibrante, espiritual y emotivo.

A lo largo de su trayectoria, ha participado en numerosas exposiciones dentro y fuera del país, consolidándose como una de las creadoras más consistentes de su generación. Entre las muestras internacionales en que ha participado sobresalen la exposición individual “Adagio” en Sevilla, España, y en el Museo de Arte de Querétaro, en México, hitos que amplían el alcance de su propuesta estética.

En Panamá, su presencia expositiva también ha sido significativa. Ha formado parte de muestras colectivas que han marcado el panorama reciente, como “Territorio: Diálogo y Conexión” y Conexión Expo Art, donde su obra dialoga con otras que exploran la identidad, el entorno y la sensibilidad artística del istmo.

En sus lienzos habitan hojas, flores, pétalos, agua, tierra y semillas: elementos que trascienden la función decorativa para convertirse en símbolos de introspección. La naturaleza no aparece como un escenario, sino como un cuerpo vivo que pulsa, resiste y revela. Cada trazo abre una búsqueda: de lo femenino, lo ancestral, lo oculto bajo la superficie del tiempo.

Su obra también posee una dimensión política, no panfletaria, sino profundamente ontológica. Interroga los límites de la representación y de la mirada, del yo que se desdobla entre lo íntimo y lo colectivo.

La perspectiva femenina de Nerina rehúye la complacencia; su pintura conmueve sin estridencias, desde un silencio que irradia fuerza.

En los últimos años, su proceso creativo ha madurado hacia una estética que une la experimentación técnica —incluyendo materiales mixtos y soportes no convencionales— con una narrativa visual cada vez más depurada. Villarreal Metzner pinta lo que no se dice: lo que se recuerda sin palabras, lo que vibra antes de convertirse en discurso.

En una época marcada por la rapidez, la inmediatez y la exposición constante, su propuesta es una invitación a detenerse, a mirar con presencia, a sentir el peso exacto de una línea, la respiración de un color, el silencio que se hospeda entre los pigmentos. Su legado no reside únicamente en las obras, sino en la forma en que nos enseña a mirar: a reencontrarnos con un país más sensorial, profundo y con una identidad plenamente definida.

Nerina Villarreal Metzner continúa expandiendo su universo pictórico desde una autenticidad que conjuga emoción, intuición y su obra promete, en esencia, el trazo íntimo de una mujer panameña que está dando los pasos para dejar un legado importante para la pintura nacional.