Caminando con el miedo,confesiones de un epiléptico’, la historia de René Hernández

Imagínate padecer de epilepsia y ser el vocero del presidente de la República. Piensa por un instante cómo es vivir con este trastorno cerebral, que provoca convulsiones repetidas, y tener que acompañar al mandatario del país a importantes reuniones a nivel nacional y en otros países.

Todas estas vivencias y los testimonios de otras personas que padecen esta afección neurocerebral las cuenta el periodista y profesor René Hernández González en su libro ‘Caminando con el miedo, confesiones de un epiléptico’ en el que narra su propia historia y cómo sobrellevó esta enfermedad cuando llevó bajo sus hombros la vocería del expresidente Guillermo Endara Galimany (q.e.p.d.).

Hernández expresa que al presentar este libro busca ser un ejemplo para aquellas personas que se lanzan al abandono por alguna complicación de salud, demostrando que una enfermedad no es un obstáculo para cumplir los sueños.

En el libro, de casi 400 páginas, expone la importancia de conocer sobre este trastorno que en la actualidad crece a causa de la exposición excesiva de la tecnología.

“Me he comunicado con muchos epilépticos a nivel hispano porque el libro ya ha tenido una trascendencia internacional y yo espero que aquellas personas que tienen una enfermedad similar a la mía o que padece otra no se eche al abandono, pues hay muchas oportunidades por delante y no hay que perder la esperanza”, expresó el profesor de la facultad de Comunicación Social de la Universidad de Panamá.

“Mis padres quisieron manipularme, pero no me dejé, tampoco manipulé a mis padres y temprano me vine a la ciudad capital para enfrentarme al mundo y decirle a mi familia y a mis amigos que una epilepsia no iba a frenar las conquistas que tenía por delante. A mis 68 años me siento muy feliz y conforme con los éxitos logrados”, expresó este periodista, oriundo de Chiriquí.

Hernández tiene 55 años viviendo con epilepsia. La enfermedad le apareció al principio de abril de 1969 con ataques muy fuertes que lo golpeaban con todo. Los médicos le decían que no tenía que hacer mucho esfuerzo mental, por lo que abandonó estudiar ingeniería de minas y optó por otra carrera, decidiendo iniciar la carrera de periodismo sin saber que esta profesión lo llevaría a ocupar importantes cargos a lo largo de su vida.