Al rescate del violín con el proyecto ‘Herencia Campesina’ de José Augusto Broce

Desde el 2019, más de 200 niños y adolescentes de tres provincias aprendieron a tocar el instrumento
  • viernes 28 de junio de 2024 - 1:00 AM

Sabías que a principios del siglo XX el violín era el instrumento musical con el que se amenizaban los bailes típicos en Panamá.

Cuenta la historia que entre 1930 y 1940 una camada de violinistas, acompañada por personas que tocaban la caja, las maracas y el tambor, iban de pueblo en pueblo alegrando las diferentes festividades. Fue con la llegada del acordeón, en la década del 40, que terminó el reinado del violín.

Sin lugar a dudas, el sonido más fuerte que genera el acordeón fue desplazando al instrumento de cuerda que nació en Italia y que hoy en día es considerado como un aliado de la felicidad por esa infinidad de emociones que es capaz de transmitir, a través de sus notas musicales.

Los violinistas de esa época no se resignaron al segundo plano y encontraron, junto con los expertos en la mejorana, un poco de espacio en las cantaderas y en algunas fiestas tradicionales en las que se organizaban los famosos encuentros de músicos.

Así lo cuenta el profesor y músico, José Augusto Broce, quien desde el 2019 ha emprendido la honorable labor de rescatar, lo que él describe, como la esencia que le da el violín a la música folclórica de Panamá.

¿Cómo lo está haciendo? A través de la enseñanza del amor por el violín a niños y adolescentes de las provincias de Herrera, Los Santos y Veraguas, a quienes les dicta clases para que aprendan a tocar el instrumento de cuatro cuerdas, que encontró en la región de Azuero un nicho de talentosos artistas, desde que llegó al país procedente de Europa.

El proyecto lleva por nombre ‘Herencia Campesina’ y desde que se estableció en provincias centrales ha logrado formar a más de 200 niños y jóvenes entre los 5 y 20 años. La escuela de mejorana y violín folclórico atiende a estudiantes de Santiago, Río de Jesús, La Mesa, en Veraguas, Los Pozos, en Herrera y Las Tablas, en la provincia de Los Santos.

Aunque la labor no es fácil por las largas distancias que debe recorrer desde su hogar, ubicado en Río de Jesús hasta los pueblos donde imparte las clases de violín y mejorana, de lunes a sábado este destacado folclorista cumple su misión de docencia con amor y entrega.

Y es que para Broce transmitir sus conocimientos a los niños y jóvenes de las comunidades apartadas es una forma de agradecerle a Dios todas las oportunidades que ha tenido en la vida, de recibir grandes reconocimientos dentro y fuera del país. Su talento es muy conocido en países como México, España, Chile, Colombia, Puerto Rico y muchos más, donde junto a cantadores de décima ha representado con orgullo a Panamá.

Proyecto

“La educación para mí es una de mis grandes pasiones; a mí me gusta enseñar y como músico folclórico vi la necesidad de establecer una escuelita de violinistas y mejoraneros por lo difícil que es en Panamá aprender a tocar ambos instrumentos; yo viví esta experiencia cuando me entró el entusiasmo de aprender a tocar el violín”, expresó Broce al recordar que su primer mentor fue su tío Arístides Azcarraga, quien falleció 15 días después de haberle enseñado a tocar ‘El Mogollón’ con este instrumento con el que debutó en público en octubre de 1989 en las fiestas de fundación del distrito de Los Pozos, en Herrera cuando apenas tenía 11 años.

Es por esta razón que nace la escuela ‘Herencia Campesina’ cuya misión es volver hacer del violín folclórico un instrumento que cause entusiasmo entre la juventud panameña, pero sobre todo que vuelva a ocupar un sitial importante dentro de la cultura musical del país.

El proyecto inició en el 2019 con 30 violines gestionados por la Presidencia de la República y según Broce ni la pandemia COVID-19 logró detener las clases, pues gracias a la tecnología y al entusiasmo de los estudiantes impartió las capacitaciones a través de plataformas digitales y videollamadas.

“Yo les grababa las piezas en video, les enviaba las partituras de las canciones y por videollamadas grupales e individuales terminábamos de afinar la música”, expresó Broce, quien asegura que esto no se puede detener, pues el entusiasmo y el nivel profesional que están adquiriendo los nuevos estudiantes ha crecido tanto que ya reciben invitaciones para presentarse en fiestas tradicionales y religiosas del interior y algunas actividades sociales.

Este docente va más allá cuando asegura que existen interpretaciones como ‘El Punto’ ‘Los pasillos panameños’ que son más vistosos cuando se interpretan con violín. A esto se le suma ese toque alegre que aporta a la décima panameña que hace que el público se goce cada verso de principio a fin. De ahí la importancia de preservar el legado musical, mediante la formación de nuevos violinistas.

Según este docente, ‘Herencia Campesina’ cuenta con una metodología de enseñanza que él mismo elaboró para asegurar la calidad de los violinistas.

Un instrumento importante

Para el folclorista veragüense, Olmedo Carrasquilla, el violín sigue siendo un instrumento fundamental dentro de la música folclórica del país por esa armonía y versatilidad que le aporta a las melodías.

“Existen bailes de salón y música campesina que no pueden ser interpretadas con otro instrumento que no sea el violín”, señaló Carrasquilla al recordar a los grandes violinistas que ha dado la provincia de Veraguas, entre ellos José María Medina, Samuel Ramos, Tito Escudero y el abuelo del cantante y compositor panameño Omar Alfanno, quienes aprendieron este arte en conservatorios de la ciudad capital y transmitieron estos conocimientos a otras generaciones.

Esthercita Nieto, cantante de música típica y conocedora del folclor panameño, es de la opinión de que el violín es un instrumento que se debe enseñar de forma masiva a la juventud para conservar la identidad nacional en cuanto a música folclórica se refiere.

“Debemos ser guardianes de nuestras tradiciones para que las nuevas generaciones amen la cultura nacional”, aseveró.

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