Levy: ‘Jugaré hasta los 45'
- martes 28 de febrero de 2017 - 12:03 AM
ENTREVISTA
El ala-pívot panameño Jamaal Levy concedió una entrevista a la página de la Confederación Argentina de Basquetbol, en donde repasó sus 10 años en la Liga Nacional de Baloncesto Argentino, acerca de las dificultades del comienzo y la vida en el país sudamericano.
Además, cuenta sobres sus inicios en el básquet y la pasión para jugar en el barrio; recuerda su paso por la NCAA junto a Chris Paul –hoy estrella de la NBA– y también habló sobre el baloncesto panameño.
¿Cómo analizas el presente de Bahía Basket, bien plantado a nivel nacional y a la expectativa en la Liga de Las Américas?
El presente del equipo es bueno. Cuando estás metido en la temporada quizás te pierdes de disfrutar más de las cosas que hemos logrado, pero la verdad es que desde que llegué a Bahía Basket siempre hemos estado en crecimiento y dimos pasos hacia adelante. Este año, con el chance de competir en torneos internacionales, con el gran logro de llegar a la final de la Liga Sudamericana. En la Liga de Las Américas nos tomamos todo sin presión y tratamos de competir de la mejor manera, es un torneo que nos vino de sorpresa. Clasificar a las semifinales nos llenó de orgullo y nos dio fuerza para seguir adelante.
Ya son 10 años. ¿Qué significa llevar tanto tiempo en una competencia como la Liga Nacional de Baloncesto Argentino?
Si uno se pone a pensar, es un logro. He visto llegar a extranjeros que no aguantaron nada. Mantenerse en una competencia tan exigente y larga es muy bueno. Y tienen que ver muchos factores, sobre todo el profesionalismo. Siento que he alcanzado algo que tiene mucho valor, pero no me concentro en eso. Yo siempre les digo a los chicos que voy a tratar de jugar hasta los 45 y se cagan de risa. Creo que Argentina es como una casa, paso más tiempo acá que en Panamá, y encima ahora estoy con mi familia. Ojalá llegue hasta los 45.
¿Qué te dio el básquet argentino, desde el juego y fuera de él también?
En cuanto al juego, la Liga Nacional es muy exigente, no te da chances de relajarte y todo momento es una prueba. El básquet argentino es difícil, es muy táctico, con mucho scouting , repetición de sistemas… Todo te hace elevar el nivel y aprender mucho. Es una Liga donde se necesita mucha capacitación y requiere gran preparación, lo que te impulsa a mejorar. Y fuera de la cancha, Argentina me ayudó a madurar. Llegué a otro país, con otra cultura y todo te va formando como persona, te ayuda a cuidarte más, a ser más profesional.
¿Cómo comenzó el básquet en ti?
En Panamá, mi papá, hermano y tíos jugaron al básquet. Y desde chiquito empecé, a los 6 años, jugando en los veranos torneos interbarriales porque allá no hay clubes. En el barrio donde crecí se practica mucho, y cada torneo donde podíamos participar como barrio lo hacíamos.
¿Y cuándo te llega la decisión de irte al exterior, terminando en irte a Estados Unidos para la Universidad?
Comencé a jugar intercolegial, me fue bien, pasé al secundario público en Panamá y cuando tenía 15 años, me ofrecieron una beca para ir a estudiar a un colegio privado en Costa Rica. Me daban la beca educativa y yo tenía que estar en el equipo de baloncesto. El básquet era lo que yo quería. Fui, estudié dos años y me salió la oportunidad de seguir mi carrera en Estados Unidos. Cuando le dije a mi mamá de nuevo, me sentó y me preguntó si estaba seguro. Yo le dije que sí, que se me iba mal, regresaba y no pasaba nada. Fui, terminé el secundario y me salió la beca para la Universidad, en Wake Forest.
Durante dos años tuviste de base a Chris Paul, hoy estrella de la NBA. ¿Qué recuerdas?
Él siempre venía a la universidad a jugar picados cuando todavía estaba en el colegio. Compartíamos mucho y cuando firmó con nosotros nos potenció mucho, atrajo mucho a la prensa y generó expectativas. Los dos años con él fueron buenos para mí y para el equipo. Es un chico de familia y una gran persona, más allá de lo que es como jugador. Hice una linda amistad con él, he ido a comer a su casa y también me quedo con eso. Después con el tiempo se volvió difícil mantener el vínculo, porque ellos cambian el número todo el tiempo. Pero, si quiero contactarlo, sé cómo hacerlo, o quizás cambiamos alguna interacción en redes sociales. No hablamos día a día. Pero hay muchos amigos en común.
¿Cómo se ve el básquet en Panamá, un país con poca trascendencia de resultados, y cómo te gustaría que se viera?
Nosotros llegamos a clasificar al Mundial 2006, pero siempre hemos tenido problemas organizativos, siempre hubo conflictos. Y hace 10 años hubo uno grande, en el que incluso se crearon dos federaciones en un país chiquitito. Y FIBA nos suspendió a nivel internacional. Fue un caos porque nos tiró hacia atrás. Dos años sin competencias internacionales son como 10 años de formación de jóvenes, de crear un equipo. Ahora hay una federación nueva que trata de hacer las cosas bien, tenemos una liga profesional y estamos tratando de levantar, pero la suspensión nos hizo dar 100 pasos para atrás. Yo quisiera que el básquet de Panamá volviera a estar entre los tres mejores de Centroamérica y el Caribe, y ser competitivos en los torneos. Ahora, a los 34 años, pienso cómo puedo hacer algo para aportar, por lo menos a los jóvenes, que quizás no saben cómo es el tema profesional. Hace cinco años no había liga en Panamá y siempre jugaban por diversión, soñando con salir o llegar lejos. Yo tuve la suerte de hacer y de buscar mis sueños, entonces quisiera transmitir a los jóvenes que se puede. Tengo muchas ideas, aunque todavía estoy vigente, pero veré qué puedo hacer o armar para comenzar a trabajar en el baloncesto.