La batalla de Capellanía

- miércoles 18 de diciembre de 2019 - 12:00 AM
Profesor Ramón, pudiera usted explicarnos, por favor, ¿quién era Santiago de la Guardia?'
‘Un personaje controvertido. Quiero decir que no hay unanimidad de criterios sobre su persona. Para los liberales sería un dictador, porque encarceló a algunos de sus adversarios políticos; pero para los conservadores es un héroe autonomista', contestó el profesor.
¿Que es un héroe autonomista?'
‘Un impulsor de la autonomía del Istmo de Panamá. En ese siglo de incesantes revolcones –prosiguió el profesor en ese lenguaje tan suyo- como fue el Diecinueve, a él le tocó protagonizar algunos. Y para estar claros en el papel que le toco jugar en nuestra historia, hay que conocer el contexto de sus luchas y los personajes que tuvo que confrontar'.
Continuó el profesor Ramón: ‘En 1857 subió al poder el gobierno del conservador acérrimo Mariano Ospina, señalado de intransigente y buscapleitos, cuyo fin, según le acusaban era ‘exterminar al partido opositor (el liberal)'.
Decía el doctor Cesar Quintero que el presidente Ospina en el poder ‘organizo toda clase de persecuciones y provoco la guerra civil en la certidumbre de que la ganaría, y con ello no solo aboliría la Constitución federal, sino también el liberalismo'.
‘Mientras tanto, el conservador Santiago de la Guardia había sido elegido gobernador de Panamá en 1860. Tuvo enconado enemigo en otro panameño destacado, pero liberal, Mateo Iturralde, quien le acusaba de trasegar armas para los conservadores desde el Istmo de Panamá a través del ferrocarril, siendo que el Istmo era supuestamente neutral. El general Tomas Cipriano de Mosquera le hacía la misma acusación desde Bogotá.
‘Mosquera era un renegado del conservadurismo que rompió con su partido y paso a las filas del liberalismo en 1854. En 1860 era gobernador del Cauca, se levantó en armas y depuso al presidente Ospina al resultar vencedor de la guerra civil. Entonces quiere hacer cumplir las amenazas que había formulado contra los conservadores de Panamá. Envió primero a Manuel Murillo Toro, como su representante en el lstmo para negociar un acuerdo con el gobernador Santiago de la Guardia, pero en realidad lo que quería Mosquera era saber cuál era el estado de las fuerzas conservadoras en Panamá.
‘En un gesto histórico que le honra, Santiago de la Guardia designó a un adversario ideológico, el doctor Justo Arosemena, en cuya honradez confiaba plenamente para que negociase con Murillo Toro un acuerdo que respetase la autonomía del Istmo y a cambio, comprometiese a Panamá a formar parte de los Estados Unidos de Nueva Granada (nuevo nombre dado por Mosquera a la Confederación Granadina). Para de la Guardia no era algo tan extraordinario, pues, aunque conservador, compartía algunas ideas liberales y tuvo de secretarios a Pablo Arosemena y a Gil Colunje. Y así se firmó el convenio Guardia - Murillo Toro, mejor conocido como el convenio de Colón. Pero Mosquera no deseaba reconocer el Convenio, e infiel a su palabra, envió al coronel Peregrino Santacoloma al Istmo. Diciendo una cosa pero haciendo otra, el coronel Santacoloma llegó con un contingente armado con pretensiones dictatoriales a Colón. Santiago de la Guardia por precaución no le recibió, y trasladó anticipadamente el gobierno del Istmo a Santiago de Veraguas, pero envió negociadores que no lograron un acuerdo. Los liberales de la capital aprovecharon la circunstancia para declarar en acefalía el gobierno. Santacoloma llegó a Panamá, tomó el poder, y se trasladó al interior para atacar al gobierno de Santiago de la Guardia. Este decidió salir a su encuentro para presentar batalla, la cual se dio en las márgenes del río Chico, en las proximidades de Capellanía, en Natá de los Caballeros. El combate terminó con la derrota de los conservadores liderados por Francisco de Fábrega y con la muerte del ilustre pariteño Santiago de la Guardia Arrué, a los 33 años de edad, en el campo de batalla. Así impuso Santacoloma su dictadura y Mosquera su autoridad sobre el Istmo. Santiago de la Guardia pasó a ser, para los conservadores del momento, y ya hoy para la historiografía patria, un mártir de la autonomía del Istmo'.