Pagó su propia brujería
- martes 21 de enero de 2020 - 12:00 AM
Llega a la consulta Toño, un caballero de 38 años y con un matrimonio de 5 años.
Muy impaciente por que yo lo consultara, al pisar la habitación mis espíritus me indican que Toño estaba pasando por momentos perturbadores en casa.
Por andar visitando lugares donde no se puede prometer, lo que no se puede cumplir y de igual forma me indican que el carga un ente oscuro, colocado por esa persona de aquel sitio para que el deje a su esposa.
De ahí viene el maltrato y los golpes que le proporciona a su esposa sin ella provocarle y menos merecerlo.
En ese momento Toño baja su cabeza y me confiesa qué es lo que lo trae a mí, pero que jamás pensó que fuera de parte de aquella chica que él había sacado de una casa de ocasión.
Toño es un prestigioso ingeniero y sus finanzas son estables, por eso pensó que ser un cliente exclusivo, sería fácil sobrellevar.
Jamás tomó en cuenta que esa joven nunca lo quiso a él y sólo quería a su cartera.
Viendo que sus trabajos u obras realizadas , estaban reciente le indique a Toño, los lugares y forma que podían ser. Ya que era necesario quitar para que su hogar volviera a la tranquilidad que le gusta. Su matrimonio por temas de monotonía lo había llevado, a un lugar donde conoció a una chica con ambición de dinero y con su propia plata había pagado buenos trabajos para destruir su hogar.
Al partir de nuestra consulta, Toño unas horas después, me llama que en una maleta de viaje de aquella chica había encontrado su foto llena de alfileres y cosas que el no comprendía.
Le comenté que no lo siguiera tocando, le echara alcohol prendiera y se lo dejara ahí a ella de esa forma a su llegada comprendería que Toño la descubrió.
Le indique las limpiezas que se realizarían y que lo principal era ir a casa pedirle perdón a su esposa y decir la verdad empezar de cero para que su relación, pueda continuar ya que el y su esposa siguen amándose… No hay matrimonio perfecto, habrán días de conflicto, pero lo que no puedes permitir es irte a dormir sin estar en paz con tu pareja, desde un rincón de luz y fuerza.