Lo que parecía ser una tarde común se transformó en una escena digna de una comedia. Un hombre que regresaba a su residencia en su vehículo sedán cuando fue víctima de un inusual ataque aéreo... pero no de aviones, ni de drones, sino de gallotes.

Según testigos y el propio afectado, más de una veintena de estas aves carroñeras, descargaron sus heces de forma simultánea sobre el automóvil. El resultado: el techo, parabrisas y la parte superior del vehículo quedaron completamente cubiertos por una espesa capa blanca, ante la mirada atónita de los ocupantes del carro.

El dueño del vehículo, aún perplejo por la escena comentó, “Uno escucha el dicho de que ‘lo cagaron los gallotes’, pero nunca pensé que me iba a pasar literalmente”, dijo entre risas.

¿Un mal augurio o buena suerte?

En muchas culturas, ser “alcanzado” por las heces de un ave es considerado, curiosamente, un símbolo de buena suerte. Se cree que es un presagio de fortuna inesperada o una señal de que el universo está por compensar a la persona con algo positivo.

Por ahora, el conductor ya limpió su carro, pero no olvida el episodio que ha sido la comidilla del vecindario y las redes sociales en Barú. “Lo tomaré con humor... y para los cabalosos la terminación de la placa del auto es 66”, concluyó entre risas el afectado.