El bambú chino es un canal sagrado de energía ascendente. Donde hay bambú, hay flujo, crecimiento y protección ancestral. Para este ritual necesitarás una rama viva de bambú, con número impar de tallos, una cinta roja o blanca, una vela blanca y un pequeño cuenco con sal marina disuelta en agua pura.

Coloca el bambú en el centro de tu altar o mesa. Rodea su base con la cinta roja o blanca, atándola con tres nudos mientras repites: “Atado queda mi camino al bien, al equilibrio y al renacer.” Enciende la vela, mira su llama sin parpadear durante un minuto, y deja que tu mente viaje hacia aquello que deseas atraer: prosperidad, amor, salud, claridad. No pidas, vibra.

Con las manos limpias, purificadas en el cuenco de agua con sal, toca suavemente los tallos del bambú. Visualiza raíces de luz que descienden desde ellos hacia tu vida.

Coloca el bambú en el rincón este de tu hogar y riégalo cada tres días. No lo muevas innecesariamente, pues el bambú debe “echar alma” en su nuevo espacio. Cada vez que lo mires, recuerda el pacto que sellaste.