‘Asesinos de Nash deben pedir perdón'
- jueves 01 de noviembre de 2018 - 12:00 AM
SEPELIO
Los restos del escolta Jorge A. Nash González, asesinado la tarde del sábado en un centro político del partido Panameñista en el corregimiento de Betania, fueron despedidos la mañana de ayer en el Santuario Nacional, en Bella Vista.
En el acto religioso estuvieron presentes, además de familiares y amigos, el presidente de la República, Juan Carlos Varela y otras autoridades.
Nash fue asesinado a tiros cuando dos delincuentes ingresaron al local con la intención de robar a las personas que se encontraban allí.
Él intentó frustrar el asalto y uno de los malhechores le disparó hiriéndolo gravemente. Murió en el hospital.
Nash era parte de la escolta del exdirector de la Autoridad Nacional de Tierras (Anati), y actual precandidato a diputado por el panameñismo, Carlos González.
Justicia sin venganza
Eladio Rodríguez, párroco del Santuario Nacional, pidió a la familia de Nash buscar la justicia pero sin venganza.
‘Levántense, no se queden con el dolor, hay que superarlo. Oren para que no llegue el gusanito de la venganza', dijo el cura.
El sacerdote, ante un público que abarrotó todos los rincones de la iglesia, dijo que no es fácil despedir a un ser querido, sobre todo en la forma violenta en que murió.
‘Nadie debe quitar la vida, nadie. Menos a un hijo de Dios', comentó el padre.
Añadió que cada día el país tiene más dificultades en cuanto al tema de la seguridad y que los asesinos deben pedir perdón y si no lo hacen, allí está el infierno.
Gran ser humano
Parientes describieron a Nash como un buen esposo, hermano y sobre todo un gran ser humano, que siempre tenía una sonrisa.
Jorge Nash era un hombre muy conocido en el país, hijo de uno de los técnicos de béisbol del equipo de Panamá Metro.
Los restos de Nash recibieron cristiana sepultura en el Jardín de Paz.
$10 mil de recompensa
A seis días del asesinato del escolta, aún no hay detenidos, y las autoridades competentes están tras la pista de los homicidas. La Policía ofrece una recompensa de 10 mil dólares para quien de información sobre el paradero de los homicidas y capturarlos.