La vivencia de palpar el arte de Botero

Hoy 19 de abril el maestro Fernando Botero cumple 90 años... y sigue inspirando con sus creaciones. 
  • martes 19 de abril de 2022 - 6:09 AM

Sentir con las manos las obras de grandes maestros del arte como Fernando Botero Angulo es un verdadero placer.

Claro que no es necesario tocar una creación artística para admirarla. La experiencia táctil no es imprescindible para vivir ese instante de emoción lúdica que los espectadores ‘robamos' al artista.

Pero en el caso de las esculturas y pinturas características de Fernando Botero, siempre quise pasar por la vivencia de palparlas.

Pienso en este legendario y reconocido artista colombiano (pintor, escultor y dibujante) a propósito de que hoy 19 de abril ajusta un año más de vida.

Cumple 90 años. Y actualmente, desde la localidad italiana de Pietrasanta, rodeado de su familia, cuentan los que le conocen que sigue haciendo lo que más le gusta en este momento: pintar acuarelas.

La gorda de Botero

La primera vez que visité la ciudad de Medellín (en Colombia), una de las primeras experiencias que procuré fue ir a tocar una escultura de Botero.

Cuando llegó el día, un amigo me sirvió de guía y me llevó a la que, probablemente, sea la escultura más querida de los antioqueños: ‘La gorda' de Botero.

Realmente el escultor la bautizó como ‘El torso de mujer'. Pero en el arte, como en la vida, es la sabiduría colectiva la que pone nombres.

Y desde el 15 de septiembre de 1986, cuando se instaló la escultura en Medellín, hasta ahora, todos la conocen como ‘La gorda' de Botero.

Me acerqué a la famosa mujer voluptuosa una mañana fresca. Es curioso. No tiene rostro, pero casi parece que te mira; hasta intimida. Pero igual la toqué para cumplir un anhelo añejo.

El pájaro que explotó

Ya más relajado, en otra ocasión, también en Medellín, pude palpar otro de los animales ‘regordetes' de Botero.

Esta vez la experiencia, además de táctil, fue muy sobrecogedora.

Para ese tiempo yo era miembro de un coro polifónico, y aquel día tuvimos un concierto al aire libre, en la Plaza de San Antonio.

Al final de la presentación, mi amigo y guía del primer encuentro con ‘La gorda' me indicó que en esa plaza había algo que yo tenía que ver.

Entonces me llevó a conocer una estatua de un pájaro con un rostro alegre, pero hecha pedazos. Me impresionó el enorme agujero que rasgaba su abdomen.

Me contó que en junio del año 1995, 10 kilos de dinamita fueron dejadas en la base de la estatua, que literalmente voló, pero de la explosión.

Continuó contándome que ocurrió justamente durante un concierto al aire libre, matando a 30 personas e hiriendo a más de 200. El grupo terrorista FARC se responsabilizó del bombardeo y afirmó que era un mensaje dirigido al entonces ministro de defensa de Colombia, Fernando Botero Zea, hijo del escultor Botero.

La escultura quedó tal cual, dando un mensaje contra la violencia.

El boceto de Botero

Pasaron los años, y ahora en Panamá tuve la oportunidad de volver a palpar el arte del maestro Fernando Botero, esta vez en forma de un boceto (original, por supuesto).

Conversaba con mi amigo Carlos Castro (fotógrafo colombiano radicado en Panamá) sobre la ‘magia' que provoca ver los detalles de las pinturas de Botero. No solo impresiona la imagen regordeta central, sino también la ambientación que acompañan sus obras pictóricas; es algo digno de admirar con todos sus detalles.

Y le decía que era una lástima que en una exposición reciente que se había traído a Panamá, no se podían tocar los lienzos (como es lógico y ocurre siempre con estas selectas muestras que recorren el mundo).

Entonces Carlos me dijo algo que me dejó frío: ‘Yo tengo un boceto original de Botero'.

— ¿En serio? Le indagué con incredulidad.

— ‘En serio', me respondió con toda tranquilidad, mientras iba a su cuarto y volvía con un boceto del afamado artista.

Tal vez imaginó que era un momento especial para mí, porque me dejó solo con el papel amarillento por el paso de los años.

Entonces confirmé lo que mi profesora de Artística me decía en el colegio Angel María Herrera: ‘Cuando entras en contacto con el arte, los colores y los trazos son secundarios, y lo más importante es lo que provoca en tu ser interior'.

VER TAMBIÉN