Violencia doméstica ahoga a las familias panameñas

“Por años esperé que cambiara, pero entendí que no lo iba a hacer cuando casi muero en esa espera”, contó la ciudadana Doris Villarreal, quien padeció violencia doméstica por más de cinco años.

Dijo que al principio solo eran empujones, pero con el paso de los años la agresión aumentó, hasta el punto de que la envió al hospital. Fue en la sala de un centro hospitalario en Aguadulce, Coclé, donde entendió que primero debía amarse a sí misma y que una vida con golpes e insultos no era lo que merecía. Puso fin a su relación y denunció a quien le había jurado amor para toda la vida.

Al igual que Villarreal, hay muchas mujeres que ignoran las señales, ya que la violencia aparece de manera gradual, según expertos.

En Panamá, el Ministerio Público (MP) indica que, de enero a septiembre de 2024, se han registrado un total de 16.424 denuncias de violencia en todo el país; de esta cantidad, unas 11.966 corresponden a violencia doméstica.

Solo en el mes de septiembre se registraron 1.280 denuncias, lo que revela que por hora se presenta entre una y dos denuncias de este tipo.

De acuerdo con la abogada Julia Sáenz, la violencia doméstica es un delito que afecta de manera directa la estructura de la familia, cuya conducta ilícita consiste en realizar actos que tienden a vulnerar el núcleo familiar a través del hostigamiento, la agresión física, psicológica o patrimonial.

Juana Herrera, exministra de la Mujer, ha señalado que históricamente se educa a las mujeres para tolerar este tipo de violencia doméstica, pero hay que romper con este concepto. Ha manifestado que, en los últimos cinco años, el MP ha reportado entre 16.000 y 17.500 denuncias de violencia doméstica.

En 2023 se presentaron 17.521 denuncias por violencia doméstica en el MP, mientras que en 2022 se registraron 17.658 denuncias por este mismo flagelo.

El MP ha recordado que este delito implica el hostigamiento, la agresión física, psicológica o patrimonial de un miembro de la familia a otro, ya sea cónyuge, hermano, tío o abuelo, que vivan bajo un mismo techo y tengan lazos de consanguinidad. También se incluyen los delitos de maltrato a niños, niñas o adolescentes y maltrato al adulto mayor.