Tolé: la puerta de entrada al Valle de la Luna
- sábado 04 de junio de 2022 - 7:30 AM
Si alguien me pregunta cuáles son los recuerdos más preciados que aún conservo de la tierra que me vio nacer y crecer, Tolé, diría que son las historias que contaba mi bisabuela Cristina Jurado de Sanjur, relacionadas al trabajo humanitario que ejercía, desde muy joven, en beneficio de la población de escasos recursos económicos del distrito, a inicios del Siglo XX.
‘Mama Tina', como le llamaban cariñosamente, decía con orgullo que toda la población toleaña, había nacido en sus manos. Eran tiempos difíciles y el país se desenvolvía en una guerra fratricida entre liberales y conservadores; sin embargo, el detonar de las armas no impedía que esta mujer cuya estatura no pasaba de 1.50 m, se desplazara por los inaccesibles caminos de los campos para cumplir su labor de partera.
Eran los años previos a nuestra separación de Colombia, el distrito de Tolé, para ese entonces, era un lugar inaccesible, sin energía eléctrica, escuelas, agua potable y mucho menos atención médica. Las mujeres daban a luz en sus casas y ‘Mama Tina', única partera, tenía trabajo permanente.
Solicitaban sus servicios a toda hora, no importaba si estaba lloviendo o fueran altas horas de la noche. Recogía algunas prendas de vestir y las acomodaba en una ‘chácara' y emprendía su largo viaje, en ocasiones a pie u otras veces a caballo.
En aquellos tiempos, las mujeres que daban a luz en sus casas permanecían 40 días encerradas, totalmente abrigada, y no se dejaban ver ni del esposo. La comadrona o partera prácticamente se mudaba al lugar y no se apartaba ni un momento de la recién parida, hasta que tuviera fuera de peligro.
Dentro de mi ingenuidad de niño, un día le pregunté: abuela y por qué no se dejaban ver del esposo cuando parían. La pregunta la tomó de sorpresa y contestó con picardía: ‘bueno con miedo a que la volvieran a preñar' y soltó la carcajada.
En muchas ocasiones, el pago por el servicio prestado, consistía en una gallina, cinco libras de frijoles o una' manotada' de arroz. La gente era tan pobre que no tenían ni un centavo para pagar. Mi bisabuela nos contaba que lo que ella menos le importaba era el dinero, sino era salvar la vida del niño y su madre.
Algo que admiraba de mi bisabuela Cristina, era su memoria prodigiosa. A pesar que nunca aprendió a leer y a escribir y a su edad de más de 90 años, recitaba poesías extensas y no variaba la letra en ningún momento. Recordaba con precisión el día en que Victoriano Lorenzo y sus guerrilleros llegaron de sorpresa al pueblo. Fue una visita que nadie esperaba y que causó temor entre la población. Lo primero que hicieron los padres de familia fue ordenar a sus hijas a que se escondieran en el monte, hasta que las tropas salieran del lugar por temor a que fueran objeto de secuestro o violación sexual.
Sin embargo, Victoriano Lorenzo, al enterarse de la situación, dio órdenes a sus hombres que respetaran a la gente y que no se metieran con nadie, de lo contrario serían castigados ejemplarmente; entonces, los moradores en agradecimiento organizaron una gran fiesta en honor al ‘cholo guerrillero' y sus combatientes.
Nos contaba ‘Mama Tina' que se sacrificaron varias reses, gallinas y cerdos, así como también se prepararon bebidas fermentadas como la chicha de maíz, ‘guarapo y el famoso ‘chirrisco'. La cuestión es que al día siguiente, Victoriano y sus hombres, abandonaron el pueblo con muchas provisiones y claro con una ‘goma' de los mil demonios.
Fundación de Tolé
Fray Francisco Javier Vidal, cumpliendo con su labor evangelizadora funda el 29 de septiembre 1775, el poblado de San Miguel de Tolé, situado en un bello paraje con una impresionante vista a las montañas y las costas del Océano Pacífico.
Según cuentan algunos historiadores, al norte donde está ubicada la mayoría de la población actualmente, había un poderoso pueblo de aborígenes que tenía de jefe a un cacique llamado Tobié, lo que sería una versión del porqué el nombre de Tolé. Otros, sostienen que el nombre de este distrito de la provincia de Chiriquí, se debe a que los primeros españoles que poblaron el lugar eran naturales de Toledo-España.
Un hecho interesante en la historia de Tolé, es que fue saqueado y destruido en varias ocasiones por el grupo étnico indígena llamados Misquitos, que se desplazaban a lo largo y ancho del territorio centroamericano, en su lucha por la expulsión de los colonizadores españoles.
Desarrollo
En el oriente chiricano es el distrito con mayor poder adquisitivo, centrado en grupos familiares dedicados a la ganadería, el transporte y la producción agrícola a baja escala.
Pequeños sectores se dedican a la pesca y el comercio, a pesar de que posee lugares con gran potencial turístico (las costas y manglares de Quebrada de Piedra, pozos termales de Villa Las Fuente, las cuevas de Veladero, el mirador del común), y varios sitios más de gran potencial turísticos.
Los pobladores de mayores ingresos son conservadores y no explotan este aspecto, incluyendo la agricultura. En el área de Quebrada de Piedra, por ejemplo, hay hermosas costas, islas paradisíacas y lo más importante, gente amable y servicial.
Hijos meritorios
Innumerables han sido las familias toleañas que se han proyectado en la vida política, cultural, educativa y económica del país, entre las que podemos mencionar a los Murgas, Álvarez, Antinori, Arjona, Rosas, Pineda, Jurado, Santamaría, Castrellón, Rodríguez y otras más.
El autor es periodista y profesor de la UP