Rufina Alfaro: ¿mito o realidad?

Rufina Alfaro es considerada como una mujer que luchó por la libertad, pero lo que no se sabe con exactitud es si existió o si solo es un mito.

En los libros de historia hay poco o nada sobre la vida de esta mujer a quien se le atribuye haber dado, en Los Santos, el primer grito de libertad o de independencia de Panamá, que para esa fecha estaba bajo el coloniaje.

Los lugareños la identificaban como la ‘moza campesina de La Peña’, pues según se relata en la historia, se trataba de una mujer hermosa y soltera de 22 años que se dedicaba a vender huevos y verduras a los pobladores.

Fue un personaje con una relevancia histórica en el proceso independentista del istmo de Panamá del imperio español logrado el 28 de noviembre del año 1821.

Relatan que al gestarse las ideas independentistas por parte de Segundo de Villarreal, ella (Rufina Alfaro) decidió, junto con otros voluntarios, unirse a los planes de un alzamiento popular en La Villa.

El 10 de noviembre de 1821, Segundo de Villarreal designó a Rufina Alfaro, aprovechando la intimidad de la joven con los soldados, para que espiara el cuartel e informara la situación de los soldados, con el fin de realizar la gesta sin derramamiento de sangre.

Según el historiador Manuel Moreno Arosemena, de Los Santos, ‘no existen documentos que den fe de la existencia de la heroína santeña’.

Moreno recordó que los entonces pobladores, según los documentos encontrados, afirman que vivía cerca de Los Santos, en un lugar que se llama Las Peñas.

Ella iba al pueblo de La Villa a vender productos agrícolas y eso le permitía tener acceso al cuartel de los españoles.

Sirvió como informante para que los que estaban planeando la independencia, como Segundo de Villarreal y otros, tuvieran detalles sobre la cantidad de soldados, armas y las oportunidades de victoria en caso de un enfrentamiento armado.

Además, el historiador Moreno dice, que según su punto de vista, lo que gritó Rufina Alfaro no fue ‘libertad’, sino ‘independencia’, y se considera como la primera persona que levantó la voz en alto ante el coloniaje.