Resocialización, uno de los desafíos del Sistema Penitenciario
- domingo 11 de agosto de 2024 - 12:00 AM
La resocialización efectiva de los reclusos sigue siendo uno de los principales desafíos del Sistema Penitenciario panameño, según expertos.
La ministra de Gobierno, Dinoska Montalvo, sigue reconociendo este talón de Aquiles y afirma que su compromiso de mejorar el sistema, destacando la necesidad de un cambio de enfoque y la implementación de políticas efectivas para lograr proyectos de resocialización dignos y que puedan en un futuro, contribuir a la sociedad.
Lo cierto es que el 60% de los privados de libertad son reincidentes. Y es que la población carcelaria en el país ha alcanzado cifras preocupantes, superando los 24 mil internos en un sistema diseñado para albergar solo 14,591.
Panamá tiene varios programas, enfocados a la resocialización, ya que el Ministerio de Gobierno (Mingob), a través de la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP), capacita a los privados de libertad con herramientas que les facilitan el emprendimiento laboral, para que puedan reincorporarse a la sociedad una vez salgan de las rejas.
Tal es el caso de Yesika Santoya, una mujer de 37 años, quien se encuentra recluida en el Centro Penitenciario de Llano Marín, en la provincia de Coclé, cursa el 11° grado en Bachiller en Turismo, dictado en el centro, por el Ministerio de Educación (Meduca), y ha participado en varios cursos del Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh) como: técnicas de cocina básica, repostería básica, desarrollo profesional y decoración de eventos.
“La población permanece continuamente capacitándose a través de los programas de resocialización tales como: el vivero Sembrando Paz, programas educativos, agrícolas, capacitación, de cultivo, también la siembra de tilapias y la cría de aves de corral”, expresó Yamily Tejedor, directora del centro.
La directora detalló que en la actualidad mantiene una población de 125 mujeres privadas de libertad y 13 varones privados, estos últimos se alojan en la Casa Granja.
Existen otros programas como ejemplo Ecosolidos, que fue producto de la iniciativa de privados del centro La Joyita, que inició en el 2015, ante la difícil situación de la recolección de basura dentro del penal. Un 80% de esos desechos se vuelven a reutilizar y son usados para confeccionador artesanías.
Pero al salir de la cárcel estos jóvenes se topan con una muralla, no consiguen empleos, dijo Antonio Lara, un joven de 28 años, que en su juventud por robo, pasó cinco años de prisión.
“Me fue muy difícil entrar en una empresa; al punto que me desesperaba; Tuve que emprender como vendedor ambulante”, comentó el joven, quien cree que se debe hacer un plan con las empresas para que aprendan a dar segundas oportunidades, porque hay persona que sí quiere cambiar y mo desean volver a pisar una prisión.