Regreso a clases y el modelo pedagógico
- sábado 19 de marzo de 2022 - 12:00 AM
El mes de marzo de 2022 marca un hito en la historia de Panamá, ya que fue en este mes que se da inicio a un largo período de pandemia covid-19, pero, también se caracteriza por el regreso a las actividades pedagógicas presenciales luego de una ausencia aproximada de dos años. Por consiguiente, este nuevo y diferente retorno a clases, a nivel escolar y universitario, debe convertirse en una oportunidad para revisar el modelo pedagógico existente en los diferentes niveles educativos presentes en el país y analizar, entre otras cosas, las ventajas y desventajas del mismo hasta este momento e identificar si existe o no una relación, primero: entre el arquetipo educativo a nivel escolar con el nivel de docencia superior; y, segundo: los modelos pedagógicos y la realidad nacional.
En Panamá, a través del tiempo hemos podido advertir un desface en los procesos pedagógicos de enseñanza y aprendizaje, debido a la presencia de paradigmas académicos que limitan el desarrollo real y efectivo del pensamiento crítico, aunque la malla curricular de los programas educativos lo desarrollen desde el punto de vista teórico.
En atención a lo expuesto en párrafos anteriores, demos inicio al marco conceptual de lo que implica un modelo pedagógico, entendiendo por este la hoja de ruta a través de la cual se determinan los lineamientos que regirán los procesos de enseñanza y aprendizaje seguidos dentro y fuera del aula de clases. En la actualidad existen cinco modelos pedagógicos, mismos que se aplican en todos los niveles contemplados en la educación panameña, desde primaria, premedia, media hasta la docencia superior. Entre los cuales tenemos los siguientes: cognitivista, conductista, tradicional, romántico o experiencial y el constructivista. Este último, es el utilizado en la actualidad, tomando en cuenta que permite el desarrollo del pensamiento crítico en el dicente o estudiante, convirtiéndolo en el actor principal de los procesos pedagógicos de enseñanza – aprendizaje, siendo el docente un orientador y facilitador de las herramientas académicas que le permitirán al estudiante desarrollar competencias que determinen sus habilidades, destrezas y capacidad de resiliencia. Sin embargo, para que esto se logre se requiere la existencia de una fundamentación legal a nivel de Ministerio de Educación, escuela o colegio y la propia universidad (como institución de docencia superior). Esto traerá como resultado la legalidad y obligatoriedad de la implementación de este paradigma educativo. Además, esto requiere del desarrollo a nivel de institución educativa, de la definición de una epistemología del conocimiento a través del cual cada plantel educativo, en atención al perfil docente y estudiantil diseñará una malla curricular que esté acorde a su vez, con la misión y visión de cada institución académica, a nivel individual, pero con una matriz común. Esto implica la convergencia de aspectos como: incorporación de las TICs en los procesos de enseñanza – aprendizaje, una bibliografía actualizada que le permita a cada asignatura contar con una guía de estudio cierto. Es decir, cada materia deberá contar con un texto base que le servirá de apoyo didáctico tanto al docente como al estudiante y, ayudándole a este último, a identificar los temas que deberá ampliar mediante la investigación individual del mismo.
Por otra parte, es importante resaltar que esta misma dinámica debe ser aplicada en el ámbito de la universidad con la diferencia que en este sector, se debe tomar en cuenta el contexto socio – político y los principales problemas que afectan a la sociedad, esto es debido a que la formación académica recibida por el dicente va encaminada al diseño de estrategias de solución a dichos problemas, las cuales aportará mediante su ejercicio profesional. Debido a esto, es importante resaltar que parte del éxito de una formación académica a nivel superior guarda una estrecha relación con la recibida a nivel escolar, ya que es en estas etapas de enseñanza en las cuales el estudiante se adiestra en el desarrollo del pensamiento crítico.
Por último, aprovecho esta ocasión para hacer un llamado a todos los actores con poder de decisión que forman parte del sector educativo a que lleven a cabo una transformación del modelo pedagógico actual, el cual es eminentemente conductista y se atrevan a dar el gran salto al aprendizaje significativo constructivista y las consecuencias que el mismo conlleva. De tal manera, que juntos podamos hacer historia, cambiando el futuro de nuestro país, a través de la educación y logrando así panameños y panameñas con mayor capacidad de resiliencia, que les permitan desarrollar competencias laborales efectivas para el desarrollo como Estado, sujeto de derechos y miembro de una comunidad internacional, demandante de aportes que satisfagan las necesidades en común, lo cual ayudaría a la transformación del mundo, en mira a un mayor respeto de los derechos humanos, valores morales, respeto al individuo, la familia, la sociedad y el Estado.