‘Programas sociales son evaluados por primera vez en 10 años', Miguel Székely

Un especialista nos cuenta los resultados y recomendaciones
  • lunes 30 de enero de 2023 - 12:00 AM

Si bien hay hallazgos positivos, en ciertos programas, como Ángel Guardián, necesitan reforzar la capacitación a los cuidadores y las terapias a los discapacitados. En el caso de Red de Oportunidades, los primeros estudiantes que se beneficiaron del programa están a punto de cumplir la mayoría de edad. La idea es que las siguientes generaciones no requieran de esta ayuda. Miguel Székely, director del Centro de Estudios Educativos y Sociales realizó una evaluación a petición del Mides con financiamiento de las Naciones Unidas.

¿Qué resultados obtuvo sobre los programas sociales evaluados?

Lo primero que hay que decir es que es una buena noticia que se evalúen estos programas que han operado por más de una década. Uno de los elementos importantes de hacer una evaluación es que los resultados se conozcan por la ciudadanía porque son programas financiados con los impuestos de los panameños. Muchas veces no se conocen los resultados de los gastos que realizan los gobiernos. Los programas evaluados fueron: Red de Oportunidades, 120 a los 65 dirigido a adultos mayores; Ángel Guardián para personas con ciertas discapacidades; y un cuarto programa que se llama Senapan, dirigido a la alimentación.

¿Qué recomendó su asesoría sobre la continuidad o no de estos programas?

Tenemos dos recomendaciones. La primera es verificar que efectivamente, esos que ya pasaron por su ciclo es una generación que no va a necesitar de estos programas.

¿Por qué no vemos una disminución más sustancial en la pobreza gracias a estos programas?

Se debe de ver. Son programas que tienen más una lógica de invertir ahora en que la siguiente generación ya no lo necesiten. Tiene que haber resultados tangentes

¿Los hay o no?

Sí hay datos importantes en Panamá. Desde el año 2000 la pobreza se ha reducido significativamente, no necesariamente por estos programas. Es por el crecimiento económico. El crecimiento ha sido muy desigual... Pero ha habido tanto crecimiento económico en Panamá que ha permeado y estos programas también contribuyen.

¿Cuándo se efectuó esta evaluación?

Empezó hace más de un año porque es todo un operativo bastante complicado. Consiste en hacer mediciones para saber cuál es el efecto de los programas, si se está gastando bien el dinero, si llega a quien debe llegar. El hecho que sea una evaluación externa es importante, porque el Mides tomó una decisión audaz al solicitar a un ente externo que hiciera este trabajo para que emitiera los resultados, cualquiera que fueran, buenos o malos.

¿Cómo escogieron la muestra de la población que evaluó?

Fue todo un tema. Cuando uno llega a hacer una evaluación el primer paso es tomar los registros, las bases de datos de los beneficiarios para hacer la muestra y se comprueba físicamente qué pasa. Aquí nos encontramos con una gran sorpresa en todos los programas, a pesar de estar operando por más de 10 o 15 años no existían los registros en el ministerio. Tenían unas cajas, archivos, en algunos casos datos en Excel con algunos nombres. Lo más importante, y que es la complejidad de una evaluación, es que no tenían los datos para localizar a las personas.

¿Entonces cómo los evaluó?

Ese fue un elemento que tomó un año de trabajo.

¿Quién recibía la plata entonces?

Esa era precisamente nuestra pregunta. Como reciben el dinero con una tarjeta, pedí que habláramos con el banco y que nos diera los datos de estas personas. Son personas que se mueven mucho, tal vez cuando ingresaron al programa vivían en un lugar y luego se cambiaron. Era casi imposible que nos dieran una lista con nombres y apellidos y encontrarlos en Panamá.

El Tribunal Electoral tiene todos los datos...

Exacto. Pero incluso ahí nos dijeron que era difícil tener esa información porque como la gente se mueve, tal vez no estaban en ese lugar. Pero se solucionó. El Ministerio tomó una decisión: si nosotros no podemos ir a ellos, vamos a hacer que ellos vengan a nosotros. Fue una innovación que no se ha hecho en otros países.

¿Cuáles fueron los resultados en el programa Ángel Guardián?

Básicamente dos cosas. Una es que el dinero que se da por medio de la transferencia llega puntual, no hay quejas del programa. De hecho, es un apoyo muy sensible para la familia porque es para la población con discapacidad en situación de pobreza, es un alivio para la familia porque generalmente tienen a alguien que cuida de estas personas y acaba siendo un apoyo para la persona con discapacidad y para su cuidador(a). En general el resultado es bueno en el sentido de que reciben el dinero y les sirve. También la evaluación identifica áreas para mejorar. En este contexto los cuidadores requieren de capacitación. No siempre cuentan con la formación.

¿Qué arrojó el programa 120 a los 65?

Este es un programa muy sensible porque son básicamente las personas mayores que no tuvieron un empleo formal, que nunca ahorraron una pensión. Todas esas personas que han trabajado 40 años de su vida y terminan su vida productiva sin tener nada. Nadie va a quejarse de que le den un apoyo, pero en este caso es eso o nada. Lo que encontramos es que son personas muy solas que mal vivían de lo que pudieran tener de ayudas, y esto les da por lo menos una seguridad. También hay áreas de mejora en este programa.

¿Cómo sabemos que los pensionados no se lo gastan en licor, apuestas, o en otra cosa?

Lo que pasa es que hay instrumentos de medición que elementos de evaluación, es como el símil de cuando un niño o un menor de edad le quieres preguntar cuál es el nivel de estrés que tiene en casa, no le preguntas directamente. Le preguntas una serie de cosas que te dan indicios. Igual sucede con los adultos mayores, nosotros no hemos podido ver en Panamá de que al adulto mayor lo usan para cobrar y luego lo abandonan un cuarto, como sucede en otros países. Lo que vimos más bien fue lo contrario, que necesitan programas para la tercera edad.

¿En Red de Oportunidades cuáles fueron los hallazgos?

Este es un programa muy sensitivo por la transferencia que se le da a la familia y a cambio se le piden que hagan tres cosas. La primera es que sus hijos asistan a la escuela, que no deserten. Lo segundo que los lleven a controles médicos periódicos y número tres, que gasten el dinero en cosas que necesitan los menores de edad. Yo creo que se cumple. La medición que se hizo fue bastante rigurosa. Lo que queríamos era verificar si en efecto esto se daba. En este sentido encontramos tres cosas. Una fue que los jóvenes de los 15 a 17 años, quienes están en este programa desertan menos que quienes no están en este programa.

¿Cómo se puede verificar eso?

Es porque no todos los alumnos que desertan están en este programa. Los apoyos son condicionados, si salen de la escuela les quitan la transferencia.

Cuando usted habla de ‘menos', ¿lo puede cuantificar?

Este programa está llegando a alrededor de un 15% de jóvenes en esas edades y es ahí donde está incidiendo. En el otro 85% que no están en el programa se ve más deserción escolar.

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