Se pelean por la corona del ‘Rey del Raspao'

Ambos raspaderos se enfrentan a diario por la clientela
  • martes 27 de septiembre de 2022 - 2:45 PM

El 4 de septiembre de este año falleció Modesto Díaz, mejor conocido como el ‘Rey del raspao' y ahora nacen pugnas entre sus allegados por el trono (negocio) en el Parque Porras, en avenida Perú.

Ahora, entre el bullicio del tráfico vehicular que rodea las cercanías del parque, se visualiza un cara a cara entre raspaderos.

Por un lado, está la brillante carretilla de acero inoxidable del hijo del ‘Rey del raspao', Héctor Armando Díaz y a dos metros de distancia, casi una encima de la otra, está la carretilla de quien fue la fiel aprendiz y ayudante del difunto raspadero, Marisín Andrade Solís.

Tal cual, como si fuera un topón de Carnaval, ambos raspaderos se enfrentan a diario por la clientela heredada de quien fue el monarca del raspao' capitalino.

Cada uno dice ser dueño de la verdad y la comparten con la clientela, buscando justificar su posición en medio de esta contienda de la realeza del raspao'.

Marisín fue la ayudante de Don Modesto durante 10 años y con voz firme, asegura que ella fue la única que estuvo ahí junto al rey, aguantando sol y lluvia, por lo que ella se siente con pleno derecho de continuar el negocio en la esquina donde Don Modesto laboró por más de 60 años ofreciendo el refresco más famoso de la zona.

‘A su hijo nunca lo he visto aquí. Ante los ojos de los clientes era yo la que estaba siempre con Don Modesto. El me quiere quitar del puesto', reclamó mientras preparaba un raspao de color rojo con leche condensada y buena porción de malteada.

‘Es la cholita a quien siempre he visto allí', comentó uno de los transeúntes que ha sido testigo de este drama y que por años ha utilizado esa ruta para ir a su trabajo mientras cuestionaba el escenario que se ha generado luego de la muerte del señor Modesto.

En la otra esquina de esta guerra de titanes del raspao', Héctor Armando Díaz, uno de los 22 hijos de Don Modesto, se aferra a la herencia de su padre al asegurar que conoce todos los secretos para preparar el famoso raspado de su papá.

Los hijos de Modesto afirman que ellos ayudaban a su padre en el puesto y que cada uno de ellos conoce el oficio del raspadero, tal cual, como se los enseñó su progenitor, por lo que aseguran tienen el derecho absoluto de operar el negocio en esa parte del concurrido Parque Porras.

‘Estoy en el puesto de mi papá, pero gracias a Dios estoy vendiendo. Yo tengo todas las recetas de mi papá', puntualizó Héctor.

Don Modesto, quien tenía 87 años al momento de fallecer, comenzó su pasión con el raspado a los 20 años, un negocio del cual se enamoró y no abandonó nunca, hasta su muerte.

El veragüense, en el 2016, incluso, llegó a ser abanderado por la Gobernación de Panamá en el tradicional acto de quema de banderas.

La pregunta que se hacen ahora todos los clientes es: ¿Quién quedará de pie en el tinglado?