La pandemia a través de los ojos infantiles
- domingo 18 de julio de 2021 - 12:13 AM
‘Mami cuando el coronavirus se vaya, ¿me puedes comprar una paleta?', preguntó con inocencia Gabriela a su madre durante la cuarentena. A su edad de 5 años, la niña ya llevaba un mes encerrada y extrañaba ir al parque.
‘Por culpa de esa enfermedad que es muy fea, estuve aburrida, no podía salir, no podía jugar con nadie', comentó con la cara amarrada que no quiere usar más la mascarilla, que extraña hablar con sus compañeros de clases y estar cerca de todos sin miedo.
Como en ella, la tristeza y el aburrimiento causado por la cuarentena fueron palpables en los niños entrevistados.
‘Me sentía muy triste porque no podía ir al super como antes con mis papás, no podía ir donde mi madrina, ni donde mis tíos, no podía hacer nada', dijo Chris Flores, de ocho años, quien estaba acostumbrado a ver a sus familiares a diario y que veía las salidas al supermercado como su única opción para entretenerse y dejar a un lado las pantallas.
Desde su casa, un apartamento ubicado en Plaza Edison, Isabella Hincapié de siete años dice entristecida que lo primero que quiere hacer cuando se acabe la pandemia es ir a la escuela y jugar con sus compañeros como antes solía hacerlo. Solo quiere que esto se acabe pronto porque extraña mucho a sus amigos.
‘Siempre tengo que andar con un alcohol y mascarilla, quiero jugar y dejar de hacer las tareas por computadora, todo es muy difícil', lamentó.
Para entretenerse, Naliah Barnes dijo tener mucha suerte porque Dios le envió a su hermanita, con la que juega y pasa el tiempo. Alguien con quien compartir sus aventuras dentro de casa.
Con una sonrisa bien abierta y un poco de nervios dice sentirse feliz porque ya puede salir, ‘Me siento contenta porque puedo manejar bicicleta, nadar en la piscina y saltar en el trampolín'. Pidió a sus papás no dejar de celebrar las festividades dentro de su hogar por si los vuelven a encerrar.
Las preocupaciones de estos pequeños y su resistencia son parecidas en todo el país. A pesar del miedo, con su imaginación han podido hacerle frente a las adversidades que se les ha presentado en tan corta edad.
Ethan Sánchez, de cinco años, reside con su familia en el distrito de Chame, en Panamá Oeste, y aunque no tuvo la oportunidad de iniciar su año escolar como otros niños, le gusta conectarse todos los días y recibir sus clases virtuales.
Con sus tiernas palabras explicó que tanto él como su maestra se esfuerzan mucho por dar lo mejor, ‘mi maestra se esfuerza por mí y yo también para hacer las pinturas más bonitas, me gusta comunicarme con mis amigos en las clases pero quiero volver a verlos porque me siento muy solito'.
La esperanza es lo último que se pierde y en Marian Del Valle, de 8 años, hay de sobra, manifestó que aunque en el país todo era un caos, ‘ya estamos casi bien'. ‘El virus venía y mataba a las personas… yo estaba muy aburrida de amanecer en el mismo lugar, hice manualidades para distraerme porque estaba asustada y encerrada, ahora mismo me siento muy normal porque todo está mejor', dijo.
Agregó que espera que Panamá pronto este como en los Estados Unidos donde ya no se usan las mascarillas.
Para Leví González de ocho años no todo es malo dijo muy seguro que lo mejor de la pandemia es tener a su mamá cerca.
Señaló que el temible virus no le ha robado su pasión por el fútbol y que lo sigue prácticando con su papá cada vez que puede en su residencia ubicada en el Lídice de Capira. 'Quisiera que se fuera la pandemia porque así puedo abrazar a todos'.
La resiliencia de los niños es de admirar, ni la covid-19 puede apagar su fe y esperanza de que llegarán mejores días. Ellos son una luz en tiempos caóticos. ¡Feliz Día del Niño!