Odio y violencia... una opinión
- martes 01 de diciembre de 2020 - 12:00 AM
El Sindicato de Periodistas acaba de manifestarse a fin de ‘evitar el discurso de odio y la incitación a la violencia'... en defensa de la institucionalidad democrática'... Iniciativa que otras organizaciones deberían repetir. En esta discrepo, en lo conceptual, primero porque la libre expresión del pensamiento es un derecho humano, la verdad no es patrimonio de condición algún y además, el odio y la violencia son consustanciales a la ‘democracia' vigente en nuestro país, o acaso, en medio de la crisis integral que golpea, a la mayoría absoluta de la población, no indigna ver autoridades dilapidando recursos públicos, mientras descuidan salud y educación? Comunicar los hechos, objetivamente, no genera violencia, manipularlos u ocultarlos, si; de aquí que muchos medios y comunicadores sociales, reciban críticas, por el manejo superficial y sesgado de la información que publican. Lo mismo ocurre con los reiterados pronunciamientos del gobierno sobre su lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia; que son una ofensa flagrante, falaz y repudiable; basta revisar la excusa del contralor general de la República, para no publicar el informe de las partidas circuitales, confirmando lo que para el resto de la sociedad, es un clamor, que la corrupción se multiplica vertiginosamente. Algunos propusieron, como fórmula para evitarlo, no reelegir a los diputados; solo que el problema es estructural, la ‘democracia' se sustenta sobre dos grandes pilares, la corrupción y la impunidad. Los que hacen las leyes salen de los partidos políticos y quienes deben aplicarlas, también. Igual que los del Tribunal Electoral, encargados de ejecutar el proceso fraudulento, mediante el cual, se reemplaza al instrumento. El Ejecutivo requiere apoyo de los diputados para ‘trabajar', lo que da lugar al tráfico de influencias, constituido por canonjías o prebendas, espacios, etc., etc. Y el sistema de administración de justicia, que debería asegurar el equilibrio se integra al círculo gracias al encubrimiento mutuo, que le permite, igualmente, participar de la piñata; hecho denunciado hasta por el Juez del caso Lava Jato! En síntesis, el Sistema es esencialmente corrupto, fundado en el engaño, favorece el saqueo, generando así la peor forma de violencia, expresada en las profundas desigualdades sociales existentes. De aquí que la empresa privada y los partidos políticos rehúsen eliminar el financiamiento privado de los candidatos, lo importante no es quien llegue, sino su docilidad para asegurarse ellos sus privilegios. Por lo mismo, con sus medios y ‘títere$', rechazan el proceso Constituyente, mientras descalifican a cualquiera que denuncie sus fechorías o falaces y criminales intenciones.
Para evitar que el odio y la violencia se entronicen en nuestro medio, es imprescindible identificar bien al enemigo, no dejarse engañar y confundir el hambre con las ganas de comer, ni democracia con la plutocracia rapaz, criminal e insaciable. Frente a la magnitud, profundidad y daño generado, por la crisis integral, lo urgente e inaplazable es un cambio pacífico, pero profundo, con la mayor participación ciudadana y hacia un proceso constituyente, que permita conferirle legitimidad al ejercicio del poder público.. Nos sumamos a la Constituyente o seguimos creyéndole a la plutocracia, sus cuentos, que si siembran tempestades de odio y violencia... Usted qué opina?