‘La música ayuda a romper el círculo de la pobreza', afirma Danilo Pérez

Apasionado del jazz, encuentra en la música el más profundo sentido de equipo, libertad y completud
  • lunes 23 de octubre de 2023 - 12:05 AM

Embajador cultural de Panamá, con un extraordinario talento nato, fundador del Panamá Jazz Festival y la Fundación Danilo Pérez, lleva el nombre de Panamá y la música alrededor del mundo. La música, dice, es sanadora. Capáz de transformar cualquier veneno en medicina. Por eso invita a todos los jòvenes a que se animen a encontrarse a sí mismos, a compartir talento en grupo y sentir la libertad.

¿Cómo se traduce la música en su vida?

La música ¡guau! desde mi aprendizaje cuando chico es una de las experiencias más lindas que tiene el ser humano para humanizarse, para aprender valores, para tener libertad, encontrarse uno mismo. Encuentro la música como una herramienta terapéutica muy fuerte en mi vida. Me ha ayudado a salir adelante desde chico. Como mi padre me enseñó desde chico, me enseñó que la música son los lentes con los que puedes interconectar el mundo. Desde pequeño me he identificado con la música como una herramienta para poder crecer como ser humano.

¿Cómo la música puede prevenir que los jóvenes en riesgo social incursionen en delito?

Es una muy buena pregunta. En la fundación hemos hecho muchos programas y la improvisación desarrolla la capacidad de resolver problemas a través del pensamiento creativo y personal. Sacar a los niños de la pobreza a través de la música es algo que nosotros hemos constatado que es real. El proyecto de la Fundación y el Panama Jazz Festival son testigos de eso. Nosotros le seguimos el progreso a los estudiantes y una vez que terminan les ayudamos a crear conciencia de su horario, trabajamos con ellos en el tema de la continuidad, que es importante que se vayan a estudiar, que aspiren, que tengan sueños pero que regresen para asesorar a la nueva generación. Eso es lo más importante. La música tiene un impacto en el cerebro y de formación social que es muy importante en la vida de niños y jóvenes, tener música porque la práctica ayuda a la integración social de los niños y la experiencia profesional en la música ayuda a romper con el ciclo de la pobreza.

¿Por qué el jazz es un instrumento en contra de la discriminación racial?

Lo importante del jazz es que, desde sus inicios, cuando se forma y se establece el blues, fue una expresión humana de libertad. Si ves como a través de unos hechos terribles que pasaron, como el periodo de esclavitud, entiendes cómo a través de la música se establece una oportunidad para crear algo eterno y mágico. Como los budistas dicen, transforma el veneno en medicina. Tiene ese potencial porque no acepta estos estereotipos, no acepta barreras sociales, las rechaza. Tú puedes estar en cualquier parte del mundo y bajo el paraguas de la música de una vez estamos conectados. Yo he estado en Japón y no hablo japones, pero digo blues, y me pude comunicar. El poder de comunicación que tiene el jazz es algo impresionante.

¿La música también incita a la violencia?

La violencia. La música ha tenido a través de nuestra historia un efecto positivo y también negativo en el ser humano.

¿Cómo se conserva la fama, y la humildad?

Por eso te digo que la hay que recordar mucho la parte de la familia y no perder el curso. Yo vengo de la generación de Panamá que nos prometieron la reversión del Canal. Desde chico yo acompañaba mucho a mi mama a sus reuniones y crecí con esa generación que podíamos decir que vimos ese sueño. Siempre me he identificado con mi país, siempre lo llevo en mi corazón. Cada vez que me pasan cosas de ganarme un Grammy o un premio siempre pienso que me encantaría que todos los panameños estuvieran ahí conmigo en ese momento.

Antes de músico eligió la carrera de electricista porque su madre le exigía una profesión. Pero ha mencionado que cuando estaba haciendo el examen de admisión tuvo una visión que le cambió el rumbo. ¿Qué pasó en ese momento exactamente?

Fue un llamado. Nosotros estamos en un diálogo constante con el universo y no lo vemos, no nos damos cuenta. Creo que yo sentí la voz de la divinidad que me estaba hablando y me dice: la música. Me vi que me estaban aplaudiendo. Escuche un tema. Esto lo he recordado este año porque este año falleció una persona muy importante en mi vida, el gran Weyne Shorter y haciendo memoria, me doy cuenta de que una de las canciones que tocó en mi mente ese momento que yo decidí salir del examen para ser electrónico, fue una canción del Weather Report, uno de los grupos más importantes de jazz que se llama ‘a remarc you make' en la que había un solo de saxofón de tenor, que me llamó, lo sentí tan profundo. Fue un llamado que tuve.

¿En ese momento usted ya conocía la canción?

Sí, yo la escuchaba. Mi padre había conseguido unos videos y yo conocía el grupo de Weather Report en Panamá. Acuérdate que en Panamá había una historia de música de jazz muy fuerte y yo tuve la oportunidad de crecer alado de todo ese movimiento del ‘tambo jazz' liderizado por Víctor Boa. Grandes mentores como Cecilia Núñez, el profesor Edgardo Quintero que falleció este año. Pero volviendo a la pregunta, fue un llamado. Lo sentí muy claro y todavía hasta estos momentos tomo mis decisiones de esa manera.

¿Siente aún esa voz interior que le guía?

Exacto, y lo sueño a veces.

Cuando empezó en la carrera, ¿se sintió en algún momento intimidado por el talento de sus colegas?

Absolutamente. Todo el periodo de mi niñez en Panamá todo mundo me dio espacio, me dio guía, me pude desarrollar. Pero cuando llegué a Estados Unidos a Berklee College Music, en Boston, fue diferente. Nunca se me olvida esta historia. Yo iba a ver a todos los conciertos, no me perdía ninguno. Cada pianista que yo escuchaba yo le preguntaba: maestro yo quiero estudiar con usted. Ellos me respondían: no yo soy estudiante. ¡Guau! Fue la primera vez que me dio temor y empecé a dudar, será que mi mamá tenía razón y esta es una carrera muy difícil, no hay espacio para mí. Afortunadamente al vivir en Boston, un gran amigo y músico que era cónsul en Panamá, Jorge Carrizo que también era pianista y había estudiado en Bercklee, funcionó como mi psicólogo. Cuando yo me reuní con él le expliqué lo que estaba pasando y los temores que sentía y lo que me dijo es: Danilo, estas oportunidades salen una vez en un millón y a ti te salió por alguna razón, yo sé que tú puedes hacerlo.

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