Linfoma, un cáncer muy poco conocido

En el mundo se registran 450 mil casos, de los cuales 180 son en Panamá
  • domingo 24 de septiembre de 2017 - 12:00 AM

ALERTA

Si tienes inflamación del ganglio linfático, pérdida de peso, falta de apetito, fiebre y sudoración abundante o cansancio, acude al médico, pues podría padecer de linfoma, que es uno de los tipos de cáncer menos conocidos y que su incidencia ha crecido en todo el mundo.

El linfoma es un cáncer que se origina en los glóbulos blancos, llamados linfocitos, que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo y conlleva crecimiento rápido y desordenado de los linfocitos. Sin embargo, es común que se afecten otros órganos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 450 mil casos de linfomas se detectan al año en todo el mundo, de los cuales cerca de 180 son diagnosticados en Panamá.

Un diagnóstico temprano es la clave para sobrevivir a un linfoma, informó Dimas Quiel, especialista en hematología, quien explicó que este mal puede matar a una persona en menos de tres a seis meses dependiendo del tipo de linfoma que tenga el paciente, pues hay más de 30 y unos son más agresivos que otros.

Dijo que, en Panamá, al igual que en el mundo, el linfoma difuso de células B grandes (DLBCL) es el más común y más agresivo y puede afectar a las personas de cualquier edad, pero generalmente a mayores de 60 años. Se clasifican en Linfoma Hooking y Linfoma no Hooking.

En Panamá, ocurren 97 muertes al año y, de acuerdo con la OMS, es la quinta causa de muerte en hombres y la novena en mujeres en el mundo, porque fallecen 225 mil 139 personas por este mal.

El especialista resaltó que las personas que reciben trasplante de órganos, tienen el VIH, poseen un sistema inmunitario débil o tienen ciertas infecciones virales y bacterianas, están expuestos a padecer de linfomas.

De acuerdo con Quiel, el médico diagnosticará el linfoma con un examen físico, pruebas de sangre, una radiografía torácica y una biopsia.

Este cáncer es curable o tratable si se detecta a tiempo, ya que los tratamientos que pueden recibir estos pacientes, según Quiel, generalmente consisten en quimioterapia, radioterapia y, en ocasiones, trasplante de médula ósea.