La poesía patriótica en la construcción de la identidad panameña
- domingo 05 de octubre de 2025 - 12:00 AM
Como se ha expuesto anteriormente, desde el siglo XIX la poesía panameña ha sido un canto vibrante a la patria, un vehículo sensible para expresar el arraigo y el sentido de pertenencia del pueblo. A lo largo del tiempo, poetas de distintas generaciones han elevado su voz para enaltecer los elementos que conforman la identidad nacional: la riqueza natural, los símbolos patrios, las gestas históricas, el folclor, los desafíos sociales, la esperanza colectiva y, sobre todo, el alma de su gente.
Estos versos, cargados de emoción y compromiso, no son simples expresiones líricas, sino respuestas artísticas a los conflictos, transformaciones y tensiones que ha enfrentado el Istmo desde sus primeros pasos como Estado. La literatura patriótica en Panamá ha funcionado como espejo y al mismo tiempo como forjadora del proyecto de nación, especialmente en un territorio estratégicamente codiciado por potencias extranjeras, marcado por el tránsito interoceánico y la intervención política foránea.
Un ejemplo emblemático de esta línea poética es el poema “Al Cerro Ancón”, de Amelia Denis de Icaza, publicado en 1906 como un gesto de protesta frente a la creación de la Zona del Canal bajo dominio estadounidense. En él, la autora expresa su dolor y su inconformidad por la pérdida simbólica de uno de los íconos geográficos del país. En este sentido, “Al Cerro Ancón” puede considerarse uno de los primeros poemas que denuncian la pérdida de soberanía panameña tras la firma del Tratado Hay–Bunau Varilla. El cerro, convertido en símbolo patrio, fue ocupado durante la construcción del canal, y la autora canaliza su nostalgia y su indignación en una defensa apasionada del territorio nacional.
Amelia Denis De Icaza en su niñez acostumbraba a pasear por el empinado cerro y jugar. Sin pensarlo, luego de ausencia de la ciudad, recordaba que en su corta edad realizaba sus recorridos, y lo inesperado sucedió cuando un soldado norteamericano se lo impidió subir a su querido Cerro Ancón. Su legendario cerro le trajo una profunda nostalgia y se sentó a escribir un poema que achurro la hoja y un familiar rescato el poema. Amelia se enteró entonces que la unidad de la ciudad de Panamá fue fragmentada por los Estados Unidos en base al tratado Hay Bunau Varilla, firmado por francés, miembro de la quebrada compañía del Canal. Así, fue establecido en el artículo primero del tratado; “Los Estados Unidos mantendrán y garantizarán la independencia de la República de Panamá”. Mediante ese tratado los Estados Unidos ejercerán el dominio total del Canal.
A lo largo del tiempo, este poema ha sido reconocido como una de las composiciones más representativas del patriotismo panameño. Junto a este, otros textos de la misma autora, como “Patria” y “A la muerte de Victoriano Lorenzo”, abordan con fuerza el vínculo entre poesía y compromiso político, algo frecuente en el contexto de la época.
Los poetas de esta corriente fueron profundamente influidos por su entorno histórico. En sus textos se percibe el impulso por afirmar una identidad nacional, la defensa de lo autóctono y el orgullo por la tierra natal. La poesía patriótica no solo ensalza los paisajes y recursos naturales del Istmo, sino que también eleva la figura del sujeto panameño que, desde su experiencia individual y colectiva, se reconoce como protagonista de una historia común.
No obstante, es importante señalar que, durante estos procesos, las élites panameñas tendían a mirar hacia Europa o Estados Unidos como modelos civilizatorios, mientras que los sectores populares construían una identidad más arraigada en lo cotidiano: en la lengua popular, en el folclor, en la resistencia obrera y en las luchas comunitarias. Esta brecha entre los imaginarios nacionales se reflejó también en el arte y la literatura, que muchas veces sirvieron de puente entre el ideal patriótico y la realidad social.
Hoy, releer la obra de los poetas del movimiento patriótico es mucho más que una revisión literaria: es una vía para comprender cómo se fue configurando la idea de nación. Entre la exaltación de los símbolos oficiales y la convivencia con una diversidad cultural frecuentemente ignorada, la poesía ayudó a imaginar un rostro posible para Panamá. Y en ese proceso, no solo registró el devenir histórico: también participó activamente en su construcción en un contexto donde la presencia norteamericana generaba mucho sentimiento patriótico y una lucha por nuestra soberanía.