La invasión como eje estructurante en la literatura panameña

Toda obra literaria se ubica en una determinada circunstancia histórico-literaria, por lo que la técnica, los procedimientos narrativos y los códigos éticos, estético- ideológicos presentes en un texto literario determinan la época a que pertenece el autor.

Tal como lo plantea John Lyons en Lenguaje, significado y contexto, (1981) ‘los textos son constituyentes de los contextos en que aparecen; los textos que los hablantes y escritores producen en determinadas situaciones crean los contextos y continuamente los transforman y remodelan.' (p.197) Y, precisamente, la cuentística y la dramaturgia panameña que surge en la década del 90 se sitúa en ese contexto histórico cuando en la madrugada del 20 de diciembre de 1989, el ejército de los Estados Unidos invade nuestro país.

Su intención era darle un golpe certero y rápido para tumbar el gobierno militar del general Manuel Antonio Noriega, pero esa acción militar que fue concebida como una intervención limpia y rápida, no obtuvo resultados planeados por la pérdida de civiles.

Tal como señala Morera Hernández (2009) la calma internacional a la que asistía el mundo tras el derribo del muro de Berlín y lo que se consideró el final de la Guerra Fría en noviembre de 1989, se vio alterada por una repentina y desproporcionada intervención norteamericana: ‘Operación Causa Justa'.. (p.58) Esa acción impacta de forma directa tal como sucedió con los eventos históricos del 9 de enero de 1964 en los escritores, dramaturgos y poetas panameños.

La cuentística de estos escritores de temática de la invasión son representados por escritores de la talla de: Juan Garzón se va a la guerra (1992), de Moravia Ochoa; Las huellas de mis pasos?(1993), de Pedro Rivera; Los ultrajados?(1994), de Mario Augusto Rodríguez; Desde el otro lado del sueño?(2002), de Pedro Luis Prados;? Un milagro bastante raro?(2008), de Víctor Manuel Rodríguez.

Cabe comentar al cuento de Pedro Luis Prado quien aborda el tema de la invasión que ha sido un constante en la literatura panameña luego de la invasión norteamericana el 20 de diciembre de 1989. Pedro Luis Prados, acogiéndose esa denuncia imperialista asume en el cuento La fiesta de Carmina, el tema de la invasión. Para ello ficcionaliza los elementos narrativos como los personajes y los recursos narrativos para abordar esta temática.

Todo el entorno espacial y temporal en que se sitúa el cuento son planos referencias históricas durante la víspera de la invasión como los escenarios donde se produce esta acción.

El diálogo que sostienen los personajes evidencia ambiente de intriga que se sentía ante la posibilidad de una invasión como se observa en este fragmento: - La vaina está cada vez jodida,- decía un mulato delgado con una gorra de béisbol en la mano que había llegado con Manito-. Los gringos no quieren negociar, lo que ellos quieren es invadirnos para quedarse con el Canal. (pag.46)

Bajo ese ambiente tenso que se vivía en el Chorrillo transcurre la acción narrativa donde la protagonista Carmina es sorprendida por los fuegos de la invasión, estando en el cementerio donde suele encontrarse con sus amigos.

Paralelo al tema de la invasión, el narrador focaliza el tema de la pobreza y la marginación con cuadros escatológicos que sitúan a los personajes marginales en espacios que representan esa condición social como la cantina y el cementerio.

El ambiente de la cantina, por ejemplo, es un espacio que evoca la marginalidad, pues es un lugar de escape a los problemas, pero a la vez es un lugar de supervivencia de Carmina. En ella se advierte la cultura de la pobreza que caracteriza a todos los personajes, como se aprecia en este esquema semántico:

Por eso cuando se cierra la cantina El límite muy temprano, Carmina se traslada a otro escenario más lúgubre y grotesco: el cementerio, que se asocia con la marginación social, pues allí se concentran como gallinazos todos los seres marginados del barrio, buscando la manera de sobrevivir, ya sea a través del hurto o el vicio. El cementerio es ‘un espacio marginal del mundo segregado por los vivos, era una mina atractiva para los pepenadores…(pág.48)

También Alex Mariscal en so obra dramática La farsa e un centavo aborda el tema de la invasión norteamericana, si bien no se describe plenamente sí hace referencia a ella. Como podemos apreciar en el diálogo donde uno de los personajes hace referencia a este hecho:

EISNTEIN

¿Cuándo fue la última ves que la viste?

MARIO

La noche de la invasión, nos…reunimos en la placita de los aburridos…

EINSTEIN

La invasión. (Pausa)' p.52

MARIO

Me disculpo de corazón

Hey man, lo siento. Lo siento, yo también tenía varios amigos en esa calle…en esa calle no dejaron ni escombros…

EINSTEIN

Lo peor es que nunca encontramos el cuerpo. No supimos si se quemó, se la llevaron los gringos o la echaron en alguna fosa común,'• p.41

El tema de la invasión como hemos podido apreciar refleja el espacio emocional y vital como metáfora de nuestro dolor y crisis que lesiona no solo nuestra soberanía sino como identidad panameña.