Inicia la Cuaresma: tiempo de arrepentimiento y conversión

Culminado el jolglorio y la fiesta del Carnaval, miles de cristianos se adentran en la tradición de la Cuaresma, que es un periodo de tiempo litúrgico que empieza hoy  Miércoles de Ceniza, que incluye ayuno y abstinencia para los mayores de 14 años,   con el objetivo de purificar el cuerpo y prepararlo para la Pascua.

La duración de 40 días procede de varias referencias bíblicas y recuerda  la prueba que superó Jesús, de permanecer cuarenta días sin comer en el desierto.

José Brutúa, párroco de la iglesia de San Juan Apóstol Evangelista en Brisas del Golf,  manifestó que en la Cuaresma, el Código de Derecho Canónico y el Catecismo católico habla que el Miércoles de Ceniza y los Viernes Santo serán tiempos de ayuno (una comida) y abstinencia, porque toda persona bautizada tiene deberes y derechos, como los mandamientos de la iglesia.

El sacerdote explicó que entre esos mandamientos está dejar de comer carne, pero eso que no come debe compartirlo con los que menos tienen.

El derecho canónico establece que durante el período cuaresmal todos los fieles están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días especiales para la oración, las obras de piedad y de caridad y el ayuno y la abstinencia.

Católico o Cristiano están llamados a ser seguidores de Cristo y en la cuaresma están llamados a vivir profundamente este tiempo de ayuno, abstinencia, de oración, limosna y conversión. “Cada persona tiene que hacer durante este tiempo un examen de conciencia de su vida personal, familia, matrimonial, como ciudadano y de cómo está haciendo en su vida práctica la imagen y presencia de Dios”, afirmó.

Lo más oportuno es reflexionar sobre la palabra de Dios, a mirar cómo está la responsabilidad como creyentes, siendo buenos padres, profesionales, ciudadanos y viviendo la fe, recomendó.

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La práctica del ayuno surgió a mediados del siglo II, cuando se fijó la fecha pascual y las Iglesias de Oriente y Occidente establecieron la realización de un 'gran ayuno' para poder preparar la Pascua de manera adecuada.

Al parecer en los días de abstinencia, el Miércoles de Ceniza, el Viernes Santo y el resto de viernes de la cuaresma, el derecho canónico establece que los fieles no pueden comer carne, según una antigua práctica del pueblo cristiano.

Para hacer las cenizas que son impuestas en la frente de los creyentes, por medio de una ceremonia se deben quemar los restos de las palmas bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. Estas son rociadas con agua bendita y luego aromatizadas con incienso.