La infame lobotomía, ¿cura o tortura para los pacientes?
- domingo 06 de junio de 2021 - 12:00 AM
A mediados del siglo XX, un grupo de médicos sometieron a miles de personas (en algunos casos incluso sin tener su autorización), a una intervención cerebral agresiva y brutal, supuestamente para aliviar sus enfermedades psíquicas. Ahora se sabe que fue un error hecho en nombre de la ciencia, que arruinó numerosas vidas.
Se le conoció como ‘lobotomía'. ¡El procedimiento era sencillo y espeluznante! Consistía en meter una aguja en el cerebro y posteriormente agitarla.
Por irrisorio que hoy nos parezca, en su momento esta práctica invasiva –podría decirse hasta despiadada– fue considera una ‘cura mágica' para algunas patologías de tipo psiquiátricas.
Aunque si repasamos la historia de la humanidad, siglos atrás en muchas culturas existieron terapias aterradoras, como la ‘trepanación', que consistía en hacer un agujero en el cráneo con el objetivo de que por allí salieran los malos espíritus que atormentaban al desdichado paciente.
¿Extrañísimo, no? Pero más raro puede parecer que ya a mediados la década de 1930, en plena civilización, y cuando se supone que la medicina había alcanzado notables avances, aparezca la ‘lobotomía', que copia elementos de la extraña y dolorosa ‘trepanación' del agujero en la cabeza.
El neurólogo portugués y padre de la lobotomía, Egas Moniz, pensaba que los pacientes con conductas obsesivas tenían problemas en los circuitos del cerebro. Y en 1935 en un hospital de Lisboa, pensó haber encontrado la cura a esas patologías mentales.
‘Decidí cortar las fibras conectivas de las neuronas activas', escribió Moniz en una monografía titulada ‘Cómo llegué a hacer una leucotomía frontal'. Su técnica original fue modificada, pero el concepto básico se mantuvo.
La idea adaptada por los ‘especialistas' consistía en perforar el cráneo e introducir un instrumento denominado leucótomo en el cerebro. Una vez insertado, el cirujano lo movía de un lado a otro, cortando las conexiones entre los lóbulos frontales con el resto del cerebro del paciente.
Cuando tomó confianza con esta terrible intervención, Egas Moniz reportó supuestas mejorías en su primeros 20 pacientes. .
Se populariza
Walter Freeman llegó a ser conocido como el apodo de ‘doctor picahielo'. Esto en alusión a los instrumentos que usaba, y por haber inventado la ‘técnica del picahielo' o, para decirlo más elegantemente, la lobotomía trasorbital.
Utilizaba un estilete que introducía por dentro de la órbita ocular y lo golpeaba con un mazo de goma para que penetrase hasta el lóbulo frontal, y cortar las conexiones nerviosas.
Era una operación que duraba pocos minutos y con anestesia local, así que los cirujanos de la época convencieron a los familiares de sus pacientes de que tampoco era para asustarse.
Al principio era exclusivamente para casos desesperados, o bastante graves: personas que sufrían trastornos mentales muy severos, se comportaban agresivos, asustaban a la comunidad, y eran un problema para sus familiares.
Latinoamérica y Panamá
Médicos y neurocirujanos consultados por este diario dijeron que no existe información verificada sobre lobotomías realizadas en países de Latinoamérica.
Aunque en 2011 se habló por primera vez de una supuesta lobotomía a Eva Duarte de Perón (todos la llamaban Evita), la segunda esposa del expresidente Juan Domingo Perón, fundador del peronismo.
Se dice que la exprimera dama de Argentina había sido sometida a este procedimiento entre mayo y junio de 1952. Evita atravesaba la fase final del cáncer de cuello de útero que le provocó la muerte y la lobotomía habría sido un tratamiento para los dolores agudos.
Una lobotomía con propósitos similares, pero que sí está confirmada, se realizó en Panamá, por la década de 1990, y estuvo a cargo del renombrado neurocirujano panameño Luis Fernando Pitty.
‘Yo hice una lobotomía. No la lobotomía como se la imaginan, que le quitan parte del lóbulo cerebral. Es algo muy selectivo, donde uno hace una quemadura del tamaño como de un frijol, en un área que se le llama cíngulo. Eso se hace con una computadora, con registro matemático, pero es lo más cerca que ha habido en Panamá', contó el neurocirujano.
‘La lobotomía es como para que la persona pierda la personalidad, como se hizo en los años 60' en Boston, donde se practicaba con criminales. Aquí yo lo hice con el objetivo de que un paciente terminal (4 meses de vida), y que iba a morir con mucho dolor, se volviera indiferente al dolor. Y fue exitosa. Esa cirugía dudo que la hayan hecho en Latinoamérica', concluyó Luis Fernando Pitty.