La histórica explosión del carro y su ‘brindellone'

La tradición de hacer estallar un carro para celebrar la pascua en Florencia, Italia
  • martes 13 de abril de 2021 - 12:00 AM

Son muchas las tradiciones que se siguen celebrando en la ciudad de Florencia, pero la ‘explosión del carro' -conocido como Lo Scoppio del Carro- es un evento que a todos los florentinos entusiasma con particular interés. Este evento se celebra todos los años en plena primavera, precisamente en la mañana del domingo de Pascua.

Recuerdo que de niña mis padres me llevaban a ver ese espectáculo, pero yo siempre me preguntaba cómo la palomita blanca -que vuela desde el altar mayor de la Iglesia de Santa Maria de las Flores hasta el carro- no se quemaba. Ella (la palomita) volaba en línea recta hasta un cable que estaba suspendido y activaba un mecanismo para hacerla explotar, lo cual muchas veces no sucedía… Entonces, todos los presentes, incluyendo a los más pequeños que estaban asustados, al ver que el vuelo no era perfecto, elevaban un grito de miedo colectivo, porque al no explotar el carro, significaba que para ese año las cosas marcharían bien para la ciudad de Florencia.

Para esta ocasión, la Plaza del Duomo se viste de gala, repleta de turistas y familias florentinas. Se tiene que ir temprano en la mañana para asegurar un lugar cercano al carro y poder observar el espectáculo, aunque el ruido de la explosión del ‘brindellone' (así llamamos al carro) es muy fuerte y la plaza se llena de humo, creando una atmósfera mágica difícil de olvidar.

¿Pero que es el ‘brindellone'?

Se trata de una antigua estructura construida a manera de un ara que consta de tres pisos, decoradas con motivos ornamentales en sus cuatro lados. Es el protagonista del evento, que sale temprano todos los años por la mañana del domingo de Semana Santa desde la antigua Plaza de Porta a Prato, tirado por 4 bueyes blancos que llegan acompañados de una procesión a la Piazza del Duomo donde se realiza el evento.

Al final de la ceremonia el Brindellone es devuelto a su almacén, en Vía Il Prato 14, en un almacén construido con el propósito de albergarlo. Son innumerables las intervenciones de restauración que han mejorado el almacén, como también sus puertas de entrada. Este portón, que cierra un antiguo callejón, está formado por 3 puertas, una encima de la otra con una altura total de 12 metros.

Con motivo de la restauración, se instaló una mirilla desde la cárcel del complejo ‘LE MURATE' para brindar la oportunidad de apreciar el carro depositado en su interior durante todo el año.

Su nombre está asociado a una tradición campesina, relacionado a la fiesta que la Zecca celebró el 24 de junio en honor de su patrón San Giovanni Battista, patrón de Florencia. Cada 24 de junio, un carro muy alto, lleno de heno, salía de la Torre de la Zecca y recorría la ciudad tirando de un hombre vestido con pelo de camello, que representaba al santo ermitaño.

Su aspecto descuidado hizo que lo llamaran brindellone, que significa casi mendigo, y este nombre también se acentuaba por su deambular, sobre todo después de comer y beber en el banquete ofrecido en la Piazza Santa Maria del Campo. Por analogía, cualquier carro festivo que atreviese la ciudad, incluido el de Pascua, se llama ‘brindellone'. Hoy día en Florencia, usamos mucho este nombre o mejor dicho, adjetivo, para indicar a un joven que generalmente es muy alto y mal vestido.

¿Cuál es la historia?

La ceremonia se remonta a la época de la ‘Primera cruzada', convocada para liberar el santo sepulcro de manos de infieles. La tradición dice que después de la liberación de Jerusalén el Sábado Santo, los cruzados se reunieron en oración, entregando el fuego bendito como símbolo de purificación. De ahí la costumbre pascual de distribuir el fuego santo entre el pueblo florentino. Originalmente, el carro llevaba el fuego sagrado, pero todos los años sufría muchos daños y tenía que ser restaurado. Cuando en 1494, tras la expulsión de la familia Medici de Florencia, la familia Pazzi recuperó sus antiguos privilegios y decidió modificar la estructura del carro, haciéndolo más resistente y macizo como lo vemos ahora.

El fuego es reemplazado por fuegos artificiales. Bombas y cohetes estallan todos los años en un escenario espectacular, tanto que el vagón (que sostiene el carro) siempre tuvo que ser reconstruido, hasta que en 1765 se decidió construir uno más resistente que se reutiliza anualmente hasta la fecha.

Desde el principio del siglo XVI, los fuegos de este carro son incendiados por una paloma, se llama ‘Colombina' en Florencia, que no es más que un cohete con apariencia de paloma blanca. La colombina está equipada con 4 cohetes que le permiten completar el camino de 150 metros de largo, desde el altar mayor de la iglesia hasta el ‘brindellone' y de regreso.

¿Cómo funciona la ceremonia?

Todo está listo en la Plaza del Duomo, son casi las 10 de la mañana. En un momento preciso de la liturgia pascual, el obispo enciende la mecha y el cohete en el que está montada la paloma, se prende en fuego y recorre el cable que la conduce al brindellone. Se encienden las hogueras del brindellone, el estruendo es increíble y en pocos segundos la plaza se llena de humo.

Hasta principios de los 1900 los agricultores tenían una buena razón para asistir a esta ceremonia. Si la palomita hubiera hecho su viaje de ida y vuelta sin problemas, la cosecha de ese año habría sido abundante; de lo contrario, el hambre y otras desgracias habrían azotado los campos.

Hoy la tecnología y el riesgo de un vuelo imperfecto está casi reducido a cero… pero vale recordar el año 1966 cuando el vuelo no fue completado por la colombina y en ese año hubo la inundación más destructiva que la ciudad de Florencia haya conocido, destruyendo parte del patrimonio histórico mundial con que contaba nuestra ciudad, cuna del Renacimiento.

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