La Guerra de Coto entre Panamá y Costa Rica 1921

V Parte
  • sábado 16 de julio de 2022 - 12:00 AM

La historia de la patria boba narrativa y romántica impregna el sentido de orientación de la enseñanza de esta ciencia. En el discurrir del tiempo el daño que ha causado es prácticamente irreparable. Es la moda que mejor se adapta a los intereses económicos, la exaltación de héroes esclavista y saqueadores de nuestras riquezas hasta erigirle estatuas y acuñarles monedas caso de Pedrarias Dávila.

Esta historia oficial esconde el trasfondo de nuestras luchas políticas y sociales con el beneplácito de los gobiernos de turno para no hacer enojar al Tío Sam. Una historia maquillada y distorsionada que conspira contra el desarrollo de la memoria histórica.

La Guerra de Coto es uno de los mejores ejemplos. No hay estatuas, o se acuñan monedas y menos se hacen estruendosos actividades para exaltar a los campesinos de Chiriquí, Bocas del Toro y del hombre común de todas las provincias que se inscribieron para formar las filas del improvisado ejército que enfrentó a los ticos y la fuerza de los Estados Unidos, los panameños debieron abandonaron los territorios ocupados desde tiempo inmemorial.

Los intereses económicos de los Estados Unidos fue el elemento que inclino la balanza. Siempre los Estados Unidos presionaron a que se le garantizara a la empresa American Banana Company, con el fin de que Panamá le otorgara los derechos de propiedad, claro ceder los territorios donde Panamá era el soberano titular. Con el posible agravante de que Costa Rica ejerciera la fuerza y los declarara como propiedad suya, coincidimos en este aspecto con Pantaleón García: ‘Además, el gobierno panameño advirtió a Washington que esas compañías estaban tratando de utilizar a los gobiernos de Costa Rica y Panamá, y al de los Estados Unidos para proteger las inversiones de ciudadanos en el extranjero.' (Revista Lotería. Enero-Febrero. p. 6)

Lo esencial para Washington consistía en que las propiedades de las compañías bananeras no fuesen afectadas. Mientras los dos países mantuvieran su ‘soberanía nominal.' En la siguiente cita se explica el problema: ‘Al no llegar a un acuerdo entre los dos países, algunos territorios que Costa Rica reclamaba quedarían bajo jurisdicción panameña hasta que los dos países pudieran encontrar una solución satisfactoria para ambas naciones. Ubicadas en esos territorios encontrar una solución satisfactoria para ambas naciones' (Revista Lotería 1991. p. 5) Ahí, residía el problema para los Estados Unidos salvar sus interese económicos. De ello, se desprende que su accionar se simplificó en que Panamá no continuara en el conflicto armado y diplomático.

El Dr. Belisario Porras se mantenía firme en la recuperación de la población de Coto. Además, emitió órdenes de que si los ticos avanzaran en Bocas del Toro los enfrentaran militarmente. Mientras los ciudadanos de Bocas se inscribían para reforzar sin armas las reducidas fuerzas militares panameñas.

No debemos olvidar los esfuerzos de los estudiantes del Instituto Nacional que dirigidos por el Dr. Newman con el rango de oficial de artillería entrenaba en el patio del colegio, y por igual a Batallón Guana de Arco y los estudiantes de Artes y Oficios. Los zarandeados preceptos de la democracia de los Estados Unidos, se convertían en simple propaganda publicitaria de derechos y de buena comprensión en favor de Costa Rica.

El gobierno panameño no cedía ante la presiones de Costa Rica y Estados Unidos retomando la vía de la diplomacia se remitieron misiones diplomáticas a Chile representado por el Dr. Méndez Pereira, Antonio Burgos al Brasil y Eduardo Chiari al Perú. Pero el imperio dio el ultimátum del 5 de mayo le reiteraba la comunicación del Secretario Hughes donde se daba un plazo de 60 días para que los panameños abandonar Coto y de Bocas del Toro.

Los Estados Unidos preparaban la fuerza naval para atacar con fuego de cañones a los panameños en Chiriquí y Bocas del Toro. En tanto el Departamento de Estado le remitió memorándum al Dr. Ricardo J. Alfaro con el fin específico de detener el conflicto donde exigía que no permitirían a nuestro país continuar con las hostilidades. La respuesta del Dr. Porras al Dr. Garay lo siguiente: ‘En vista de esto hemos resuelto abandonar Coto retirando nuestras autoridades'.

Para el 5 de septiembre de 1921 Costa Rica toma posición de Coto y se declara en toda la República día de luto y dolor. Todos los almacenes mantuvieron sus puertas cerradas. Con un cielo huérfanos de estrellas, se veía algún oficial norteamericano en quien sabe que exploración misteriosas. Los empleados públicos no concurrieron a los trabajos. No se publicaron periódicos los toques de campanas rompían el silencio y reinaba una calma de cementerio ‘Y la ciudad se durmió pensando si las tropas norteamericanas que se encontraban en el límite de la Zona traspasarían la línea divisoria' (Diario de Panamá. Martes 6 de septiembre de 1921. p.1)