Entre los matorrales, un llanto pidió ser rescatado

Una llamada ciudadana cambió el rumbo de la mañana y, quizá, también el destino de una vida. Unidades del Senafront acudieron a una alerta que los llevó hasta una finca en Río Sereno, Chiriquí, donde entre los matorrales yacía una bebé recién nacida, abandonada a su suerte y aún con la placenta.

La escena estremeció a quienes la encontraron: tan pequeña, tan frágil, tan vulnerable... pero viva. En manos de los uniformados, ese diminuto llanto se transformó en esperanza.

La bebé fue trasladada de inmediato a recibir atención médica y, según informaron las autoridades, se mantiene estable. Su historia apenas comienza, marcada por el abandono, sí, pero también por la rápida acción y la humanidad de quienes decidieron no mirar hacia otro lado.