En plena capital, la realidad de los menores que trabajan

En pleno día de semana, dos niños de entre 7 y 8 años se encontraban en el puente de Albrook, con una caja de pastillas en la mano, pidiendo ayuda a los transeúntes para poder llevar algo de comer a sus hogares.

Una escena que refleja la cruda realidad del trabajo infantil en Panamá, no es aislado. El puente ha sido testigo de situaciones similares: el año pasado, más de cinco menores, que apenas llegaban a los 11 años, vendían chocolates y pastillas en la misma época, exponiéndose al peligro en pleno corazón de la capital.

Sin embargo, la problemática del trabajo infantil no se limita a la ciudad. A inicios de este mes, en Chiriquí, el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral (Mitradel) detectó a 10 menores trabajando en fincas cafetaleras del distrito de Boquete. Entre ellos había 7 niños y 3 niñas de entre 7 y 17 años, realizando labores peligrosas de cosecha, consideradas como una de las peores formas de trabajo infantil según el Convenio 182 de la OIT, debido a los riesgos para su salud, integridad y desarrollo.

Según la Encuesta de Trabajo Infantil del INEC de 2016, Panamá contaba con 23,855 niños, niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil. La OIT advierte que esta cifra podría haber aumentado a nivel mundial tras la pandemia de Covid-19.

Frente a esta realidad, Mitradel anunció el refuerzo de la protección infantil con 34 operativos en diciembre contra el trabajo infantil. Reiteraron que ningún menor de 14 años puede ser contratado, y que los adolescentes entre 14 y 17 años solo pueden laborar si la empresa cumple con la ley, incluyendo jornadas máximas de 6 horas diurnas que les permitan continuar su formación académica.

Hasta la fecha, Mitradel ha desarrollado 16 jornadas de sensibilización, impactando a 124 actores clave en todo el país. Además, 12 adolescentes han sido referidos a programas de formación del Inadeh, y se ha otorgado un permiso de trabajo formal a un joven.

Durante los operativos, los empleadores fueron instruidos sobre el Convenio 138 de la OIT, que establece la edad mínima para trabajar, así como el Decreto Ejecutivo N.º 1 de enero de 2016, que identifica las peores formas de trabajo infantil.

René Quevedo, consultor laboral, enfatizó que es urgente priorizar la erradicación del trabajo infantil para evitar que los menores abandonen sus aulas escolares y se vean obligados a trabajar.