¡El orgullo de ser chiricano!

Domingo poético y de inspiración
  • domingo 26 de mayo de 2024 - 11:10 AM

Hay casos donde entrevistan a la gente en el exterior y cuando le preguntan, ¿y usted dónde nació?, la respuesta es... ¡En Chiriquí! El resto del país queda confundido y con expresiones sarcásticas en contra. ¡Vea pues, todo parece indicar que Chiriquí es otra nación!, dicen algunos.

Los comentarios en contra de nosotros vienen, para mí, de las transmisiones de béisbol, donde no solo se narraba un juego, sino los dimes y diretes entre las provincias. Hoy mi tierra de los amores, llamada El valle de la luna llega a sus 175 años de fundación. La importancia de esta región se vio multiplicada cuando se cayó el puente ubicado a unos 15 kilómetros antes de llegar a la capital chiricana. Esto ocurrió en 1982. Allí se palpó, con más énfasis, lo que representa esta región en el devenir económico y alimentario.

Nos llaman vanidosos, prepotentes, orgullosos, como cual nacidos en el olimpo. Y a veces quienes lanzan estas críticas tienen razón por la forma altanera de cómo actúan algunos que tienen la cédula cuatro. Ahora, con la eliminación de la letra Ch del abecedario, pareciera que no somos cuatro. ¡SÍ ordenan, como debe ser, con las nuevas reglas de la RAE, primero sería Bocas, luego vendría Chiriquí, Coclé, Colón, Darién, etc.!

Y por la fecha y como estamos en Domingo poético es bueno recordar a Don Santiago Anguizola quien siempre gritó... ¡Soy chiricano, meto!

De junquillo flexible mi sombrero,camisa holgada de cotín listado,pantalones de dril fuerte y tostado,grueso calzado y cinturón de cuero.

Cabalgo siempre mi corcel ligero con el machete del arzón colgado,y siempre gran afecto he profesado a mi soga y montura de vaquero.

Rudo soy, es verdad, porque han curtido mi cuerpo un sol de rutilante llama y el trajín de la hacienda en que he crecido, pero en mi pecho un corazón se inflama que es todo compasión para el dolido y todo amor para mi dulce dama.

Soy poeta, no más, porque este suelo donde tranquila se meció mi cuna es el florido “Valle de la Luna”de verdes campos y estrellado cielo.

Porque aquí he visto florecer mi anhelo y, ¡oh dicha!, aún tengo para mi fortuna una madre, amorosa cual ninguna,que es el único don de mi consuelo.

Y cantaré mientras que altivo alumbre el esplendente sol desde la cumbredel gran Barú hasta el inmenso llano, para decirle con orgullo al mundo que no en sus glorias mi esperanza fundo,que es mi gloria mayor: ser chiricano.”

Abrazos y feliz Día de El Señor.

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