Cuando la discriminación y desinformación mata más que el Coronavirus
- miércoles 18 de marzo de 2020 - 3:47 PM
Ser la número uno positivo de Coronavirus en la provincia de Veraguas ha sido terrible para Anais (nombre ficticio), pero para esta mujer de 44 años más terrible ha sido ser la primera positivo en el pueblo de Soná, donde casi todos se conocen.
Mientras se debate entre la vida y la muerte en la sala de cuidados intensivos del Hospital Chicho Fábrega en Santiago, en el WhatsApp no paran de circulan audios con las más descabelladas teorías e informaciones falsas sobre ella.
Y es aquí donde se aplica el dicho “Pueblo chico, infierno grande”, expresa conmocionada la madre de la afectada por este virus que ha contagiado hasta el día de hoy miércoles a más de 200 mil personas en todo el mundo y ha cobrado la vida de más de 8 mil. En Panamá se contabiliza hasta hoy 86 casos y se prevé que las cifras sigan subiendo.
“¿Quién quiere tener este virus?” pregunta la señora que ni siquiera ha podido ver a su hija desde que ingresó en cuidados intensivos del hospital Chicho Fábrega.
Hace retrospectiva de cómo Anaís ya para los primeros días de carnaval comenzó a sentirse mal, pero pensó que era eso, un simple resfriado. Señala que la tarima de los culecos la ubicaron frente a su casa y hubo personas que le pidieron el baño. Sospecha que pudo ser contagiada y al estar resfriada fue presa fácil.
Admite que su hija falló al irse el martes carnaval de paseo con un grupo de personas del pueblo para Bocas del Toro y estando allá se empeoró, pero qué iba a saber ella, si ni siquiera las autoridades daban por confirmado que en el país había COVID-19.
Relata que la primera vez que fue a consulta en el hospital Ezequiel Abadía le recetaron pastillas para controlar el resfriado y la mandaron para la casa. “En ningún momento el médico le ordenó que le hicieran la prueba del Coronavirus, solo le dieron medicamentos para controlar el resfriado y tres días de incapacidad y de allí regresó a laborar”, narra.
Sin embargo, su condición se agravó y regresó al médico, es allí donde la hospitalizan por varios días y luego la trasladan grave al Chicho Fábrega en Santiago donde resultó positivo de COVID-19.
Confiesa que a ciencia cierta se desconoce dónde adquirió el virus su hija; pudo ser en su casa, a través de alguien a quien le prestó el baño, en Bocas del Toro e incluso en el hospital donde labora. De lo que sí está segura es que el virus ya estaba en Panamá para la época de los carnavales.
“Nadie sabe lo que estamos pasando desde que mi hija cayó enferma con este virus. Hasta la mataron por las redes sociales. Han circulado todo tipo de audios, incluso culpándola por haber adquirido el Coronavirus y haberlo diseminado, lo que demuestra la ignorancia y maldad de algunas personas, que en vez de ser solidarios y rezar para que mi hija mejore están como deseando que se muera”, expresó sumamente afectada esta mujer sonaeña que dice sentirse atrapada como en una pesadilla sin fin.
Pide a la población en general no divulgar noticias falsas sobre los pacientes, y en su lugar hacer empatía. “hoy es mi hija, mañana puede ser quien la juzga. Todos estamos propensos a adquirirlo” expresó.
“Exijo respeto por todas las especulaciones que se están dando referente a la situación de salud por la que atraviesa nuestro familiar. Como madre pido respeto en cuanto al manejo de la información por parte de algunos compañeros de trabajo y personas ajenas a nuestra familia. Esperamos la pronta recuperación y estamos seguros que si ella hubiera sabido desde un principio que tenía el virus hubiera guardado su cuarentena como indican las autoridades del Ministerio de Salud y esto no hubiera pasado a mayores”, puntualizó.