“La corrupción es la traición más fuerte que se puede cometer”

PANAMÁ

El economista analiza la situación de la izquierda en la región tras las derrotas electorales en Argentina y en Venezuela. El exdirector de la Caja del Seguro Social admite que el panorama no es el más halagador; sin embargo, confía en que las cosas puedan mejorar, nuevamente, para los sectores progresistas. También habla de Donald Trump y lo que representa una figura como la del magnate que quiere ser presidente.

Cómo ve la situación de la izquierda latinoamericana?

En Suramérica se ha convertido en una situación difícil. Paradójicamente, estar en el poder en Sudamérica no es fácil, porque las economías suramericanas dependen de los llamados ‘commodities' que se han venido al piso. Eso tiene un impacto inmediato sobre la capacidad que tienen los países de resolver problemas sociales.

¿Cómo ve la reacción de Nicolás Maduro luego de la derrota parlamentaria en Venezuela?

Hay que ver las cosas con mucha calma. En gran medida, lo que pueda ocurrir en Venezuela pasará dependiendo cómo se pueda atenuar la crisis que hay allá. Es una crisis de desabastecimiento. No niego que hubo guerra económica, pero no lo es todo. Lo que pasó ahí fue que se enfrentó un gobierno acusado de causar la crisis versus una oposición que ha dicho que la puede resolver.

¿Y la pueden resolver?

Es difícil. La pueden mejorar, pero resolverla no es fácil. La derecha está al borde de cometer el mismo error que Mauricio Macri en Argentina: hacer un ajuste. Para poder devaluar sin que haya mucha inflación, hay que congelar los salarios, eso va a causar problemas. Si la derecha en Venezuela se va por ese camino le da un espacio al gobierno para decir que esa no es la salud.

¿Maduro no ha sido obstinado al no reconocer los errores?

Tanto para la izquierda como para la derecha una de las cosas importantes es reconocer dónde están los errores. Sin eso no hay salida.

A Dilma Roussef se le complicó la situación…

La crisis de Brasil sí que afecta al resto de América Latina.

Muchos gobiernos de izquierda dicen que serán distintos y se les termina acusando de lo mismo que a la derecha…

La traición más fuerte que se puede cometer a personas con una ideología de cambio es la corrupción. Si ves en Brasil, se han hecho muchas cosas por la población; pero la corrupción ha sido capaz de disolver todo eso.

Es muy grave que, alguien que busca transformaciones sociales, luego las ponga en peligro por la corrupción. Eso es un hecho que no tiene nombre y esa persona no debe llamarse de izquierda.

¿Cuál es el peligro de que la gente pierda la confianza?

Se abren periodos de desilusión en donde los pueblos buscan caminos que no los favorecen. La responsabilidad, no necesariamente, es de los pueblos sino de la gente que hizo las cosas mal. La tolerancia entre sectores progresistas a la corrupción debía ser cero. Es una lástima. Abrimos la posibilidad de que la gente, desilusionada, busque cualquier otra cosa.

¿Cómo ve a un Donald Trump?

Es excesivo. Alguien que dice que los musulmanes no podrán entrar a Estados Unidos es absurdo. En momentos de crisis, hay que tenerlo claro, las salidas no necesariamente son progresistas.

¿Lo ve como presidente de Estados Unidos?

No creo, porque a los intereses económicos de Estados Unidos no les conviene tal radicalismo.

¿Es una muestra de pan y circo?

Quizás no se vea así, pero creo que esa es su estrategia para aparecer.

¿Es una muestra del desgaste de la sociedad?

Sí, es una muestra de que hay rasgos fuertes de intolerancia y que hay muchas cosas que no se han podido resolver.