Las cantinas cerca de todo: urbanismo vs suciedad
- domingo 01 de octubre de 2023 - 12:13 AM
La calle 25 de Calidonia es uno de los sitios donde la vida nocturna del corregimiento se concentra en movimiento permanente de personas esperando transporte pirata hacia Panamá Oeste y sus bares y cantinas que funcionan durante toda la noche.
Después de la 7:00 de la noche emerge un submundo donde los letreros luminosos de las cantinas y sus saloneras con ropa sexi llaman la atención de quienes buscan diversión y bebidas, además de los puestos improvisados de asados y fondas que venden comida toda la noche.
Se podría decir que es una versión ‘light' de la famosa calle 18 de Santa Ana, conocida popularmente como la ‘calle Paraguay' en lo que a bares y cantinas se refiere. Durante un recorrido realizado por El Siglo por los alrededores de la calle 25 se contaron más de 10 bares y cantinas, algunos están uno a lado de otro o a pocos metros de distancia. En todo el corregimiento se contó más de una docena de negocios de este tipo.
Sin embargo, no todos caminan de noche por esos lados, a menos que seas del barrio o ya conozcas el área porque trabajas cerca o es ruta para agarrar el transporte a casa. Se trata de una zona roja donde el que se duerme se lo lleva la corriente, en el lugar operan pandillas y hay decenas de habitantes de la calle.
Legislación
Esta proliferación de bares y cantinas contrasta con su cercanía a templos evangélicos, iglesias católicas y hasta centros educativos públicos y privados. Esto tomando en cuenta la ley 55 de 1973, que en su artículo 8 establece la prohibición del otorgamiento de permisos para bares y cantinas, en zonas exclusivamente residenciales o cercanas a colegios y escuelas públicas o privadas.
El arquitecto, urbanista y presidente de la Sociedad Panameña de Ingenieros y Arquitectos (SPIA), Jorge Isaac Perén Montero, admite que la citada ley hay que revisarla.
Tiene como sustento el hecho de ¿qué evidencia define que la distancia que debe existir entre un bar y una escuela sea diferente en el interior del país que en la capital? ¿Esa distancia es garantía de seguridad? ¿Qué evidencia sustenta esto?.
Argumenta que es necesario que caminemos hacia una ciudad de uso mixto, donde usos o actividades aparentemente antagónicas que estén próximas no sea un problema. ‘Tener clubes nocturnos o discotecas cerca de una iglesia, escuela y hospital no es un problema si el sistema de seguridad (policías, multas, normativas especiales para el bar) se diseña y se cumple', explicó.
Perén Montero añade que en muchos países tienen un bar al lado de una iglesia y esto no es un problema. ‘Tomemos en cuenta que esto ya ocurre en nuestro Casco Antiguo de Panamá. No obstante, en algunos sectores en función de su nivel de desarrollo es conveniente realizar estudios de compatibilidad de uso de suelo, fundamentado en estadísticas de seguridad para garantizar el buen funcionamiento'.
‘Esto debe verse fundamentado en datos y de manera objetiva. Aquí es donde un plan de ordenamiento territorial o el urbanismo de un sector debe enmarcarse en que la ciudad es un ecosistema donde la seguridad en el espacio público debe ser garantizada por otros componentes operativos, de fiscalización y de prevención (presencia policial, multas, restricciones especiales, dispositivos de seguridad, etc.) que complementan y garantizan el buen funcionamiento, convivio social y seguridad pública del sector', destacó el experto.
Transformación es posible
Pablo García de Paredes también es urbanista y doctor en Humanidades, él fue enfático en subrayar que ‘los proyectos de renovación urbana en la ciudad de Panamá, como los realizados por administraciones pasadas en la alcaldía, buscaron mejorar la calidad ambiental de la ciudad y dotar de infraestructura urbana muchas áreas que se encontraban en franco abandono'.
Refiere además que estos proyectos se hacen en base a una visión de cómo la ciudad debe ser habitada, sentida y recorrida por la población, y esta visión se organiza en un método; puede ser a través de grandes contratos a empresas privadas o a través de pequeñas obras financiadas por el Estado que dan empleo a las comunidades.
Prohibir la venta de bebidas alcohólicas es una buena idea, y debería incluir otras sustancias como cigarrillos. Todo lo que ayude a mejorar la calidad ambiental de los espacios de escolarización y sus entornos inmediatos es necesario. Los estudios muestran que los recorridos diarios de los niños se dan principalmente en los alrededores de su escuela, afirma.
Finalmente, recomendó aumentar la complementariedad entre inversiones turísticas, en infraestructura urbana e inversiones sociales. Darle espacios a la gente para jugar al dominó, para espectáculos musicales, tener espacios para el arte, y presentar la comunidad como un sitio de creatividad e inventiva, de oportunidades y de seguridad es posible, sustentó.
La calidad ambiental de la avenida Central tiene mucho valor. Otros países europeos han tenido que rehabilitar espacios peatonales en el centro y lo han hecho a través de la inversión en infraestructura de punta. Esto debe incluir más arborización, seguridad, y obras que creen paseos turísticos de calidad, como podría ser la conexión entre la avenida Central y el museo Reina Torres de Araúz, a través de un paseo con un museo de la ciudad en exteriores, con exposiciones itinerantes. ‘La imaginación es el límite para un espacio potencial', puntualizó de Paredes.