Bailes que promueven la cultura
- lunes 16 de noviembre de 2015 - 12:00 AM
TRAYECTORIA
La habitación de un hotel de la localidad, la noche del pasado 10 de noviembre, fue el testigo silencioso del entusiasmo y dedicación con los que un grupo de 16 jóvenes vestía trajes folclóricos llenos de mucho color.
Siete damiselas ponían en sus rostros maquillajes bien pronunciados para no quedar opacadas por la belleza de la pollera de lujo. Una reina congo se ponía su faldón multicolor para no deslucir a su rey. Otros seis chicos se ponían vestido de gala y sus chinelas. Al fondo de la habitación, dos diablos espejos se preparaban.
Todo estaba casi listo. Ajustar los tembleques y colocar las prendas de la pollera era una labor que con esmero apoyaban los chicos.
Afuera, en la terraza, 40 empresarios extranjeros que visitaban Panamá por cuestiones de negocio ni se imaginaban lo que tras bastidores se preparaba.
Una presentación de lujo del Ballet Folclórico Panamá Danzas Hoy, que dirige el profesor Armando Julio, desde hace 40 años estaba por aparecer en escena.
Minutos antes de salir a conquistar con sus bailes, el profesor Armando daba las últimas instrucciones. ‘No dejen de sonreír; la presentación debe ser corta, con pasos concisos y sin errores. Los varones, no dejen de salomar', les dijo.
Los aplausos y caras de admiración por la espectacular presentación fueron la prueba de que las danzas presentadas esa noche por estos jóvenes habían y gustado mucho.
Para el profesor Julio, llevar a otros países la hermosura de los bailes tradicionales panameños y los atuendos autóctonos de nuestra patria es la forma en que la agrupación tiene para atraer a los turistas.
‘En Panamá Danzas Hoy desarrollamos el sentimiento por la patria en los jóvenes; promovemos al país con nuestras danzas folclóricas y enseñando cuál es el uso apropiado de nuestro traje típico', manifestó.
Según el docente, cada baile amerita un vestuario especial para captar mayor atención del público.
Panamá Danzas Hoy cuenta con 75 vestuarios para hacer los 75 cuadros de baile que realizan las 23 parejas que conforman el conjunto. Aseguró que, dependiendo de quién ejecute el baile, los extranjeros no pueden perderse todos los bailes típicos del país.
Canadá, Rusia, Francia, Italia, España, Chile, Estados Unidos, México, Venezuela, Argentina y casi toda Latinoamérica se han deleitado con los bailes folclóricos y aborígenes que Armando Julio les ha enseñado a más de mil chicos y chicas que han pasado por esta agrupación a lo largo de cuatro décadas.
Algunos de estos han viajado a otros países para prepararse en otras danzas, como Joseph Peñaloza, quien fue a Brodway para recibir clases de ballet clásico, jazz y tap .
Para el joven, estas clases han sido muy provechosas en las presentaciones que realizan en Panamá y relata que él no pretendía bailar, sino estudiar medicina, pero hace cuatro años conoció al grupo a través de una audición y desde entonces ama los bailes.
Su baile favorito es el de ‘Diablos de Espejos' porque hay pasos reglamentarios (como el paseo y el cruce), con los que el bailarín se puede desarrollar más como profesional.
Asegura que practica de lunes a domingo para aprender algo nuevo cada día. Joseph forma parte del Ballet Nacional del Instituto Nacional de Cultura.
Amor y pasión
Bailar con el corazón, amar las danzas y el folclore, y tener pasión ‘por lucir el traje típico más bello del mundo, que es la pollera' es lo que –según Erica Taylor – se necesita para perdurar en un conjunto folclórico.
La joven, que inició en las danzas cuando tenía 17 años de edad, asegura que, cada vez que está en el escenario, luce la pollera con orgullo y baila con mucha pasión.
Pero no todo es amor y pasión, pues la chica explica que la disciplina es algo fundamental para realizar las danzas. ‘El profesor es una persona estricta, pero eso me ha ayudado en mi vida personal y profesional', resaltó.
Taylor, quien es analista de mercado, señala que con los años ha logrado adquirir un control en todo lo que realiza y esto, en parte, con apoyo del profesor.
La chica no piensa en la posibilidad de retirarse; al contrario, está remodelando sus atuendos para continuar con las presentaciones folclóricas. ‘Estoy remodelando mis tembleques y quiero comprar una pollera nueva', dijo al manifestar que ya tiene dos polleras de lujo, dos blancas y un vestuario de faena o trabajo.
En esta agrupación, los participantes deben comprar su propio vestuario y –según Taylor– la pollera más barata y sencilla tiene un costo alrededor de $5,000.